
Mero-Peñarrieta et al. 203
Rev. Téc. Ing. Univ. Zulia. Vol. 45, No. 3, Septiembre - Diciembre, 2022.
elevada, problemas digestivos (dolor abdominal, náuseas y vómitos), tos y falta de aire, lesiones en mucosas de
cavidad oral y faringe, fiebre y pérdida de conciencia, incluyendo convulsiones, diarrea, daño de pulmones, riñones
e hígado (Marrero et al., 2017; Prado et al., 2018). Se ha demostrado que la repercusión ecológica que tienen los
plaguicidas sobre la biota acuática puede ir desde pequeños hasta grandes daños ecológicos, tanto en animales como
peces, debido a que algunos son extremadamente tóxicos a bajas concentraciones, dependiendo de la especie en
cuestión (Vargas y Ramírez, 2019). En muchos países se ha prohibido su uso, debido al efecto que causa en la salud
(Morales et al., 2014; Muñoz et al., 2016). Desafortunadamente, en países que se encuentran en vías de desarrollo se
siguen aplicando estas sustancias, tal es el caso del Ecuador, y específicamente en las zonas agrícolas aledañas al río
Carrizal, provincia de Manabí, donde se utilizan de manera indiscriminada gran cantidad de plaguicidas, como:
insecticidas, fungicidas, nematicidas y herbicidas, sin las precauciones y controles necesarios, en cultivos de ciclo
corto (maíz, tomate, pimiento, entre otros) y cultivos perennes (cacao, café, plátano y banano), pudiendo representar
un inminente riesgo o amenaza tecnológica. Esto se agrava, como lo establece Ramírez (2010), cuando la labor de
las entidades oficiales encargadas de la regulación de estos productos aprueba su implementación, sin existir una
supervisión eficaz de los efectos que ocasionan.
Por otra parte, el término amenaza tecnológica se refiere al contexto de peligros de origen antropogénico
relacionado con accidentes tecnológicos en los que puede incurrir la sociedad, causando una alteración del
funcionamiento de la misma; una de estas amenazas es la producida por el uso indiscriminado y vertido de
sustancias químicas y peligrosas en el recurso agua (García, 2011; Vargas-Gonzáles et al., 2019). Una definición
más completa del término la enuncia Lavell (2007), quien establece que amenaza tecnológica es aquella relacionada
con accidentes tecnológicos o industriales, procedimientos peligrosos, fallos de infraestructura o de ciertas
actividades humanas, que pueden causar muerte o lesiones, daños materiales, interrupción de la actividad social y
económica o degradación ambiental. Como ejemplos, se incluyen la contaminación industrial, descargas nucleares y
radioactividad, desechos tóxicos, ruptura de presas, explosiones e incendios.
Soler (2022) señaló que la amenaza está dada por la aplicación regular de plaguicidas particularmente en
las áreas agrícolas; en otras palabras, se trata de una fuente de contaminación difusa, de liberación intermitente y a
largo plazo. En este sentido, Jiménez-Quintero et al. (2016) indicaron que la amenaza tecnológica a la que se
encuentran expuestos los agricultores de la microcuenca “La Pila” está relacionada con su salud, debido al uso
excesivo y manejo inadecuado de plaguicidas químicos. Ramírez (2009), acotando que en español los términos
“riesgo” y “amenaza” usualmente se aplican indistintamente, comentó que desde un punto de vista académico no se
ha podido establecer una definición unitaria de los mismos. Si bien la literatura sobre el riesgo tecnológico
proporciona una serie de clasificaciones del propio término, es posible identificar dos orientaciones generales: los
enfoques de carácter positivista en la línea de las ciencias naturales, que trabajan con datos y hechos cuantificables,
y, por otro lado; las aproximaciones de tipo interpretativo o hermenéutico que se centran en los aspectos más
cualitativos del concepto (Ortega-García et al., 2019).
Por lo anteriormente expuesto, el objetivo de esta investigación fue determinar la concentración de nueve
plaguicidas organofosforados en las aguas superficiales del río Carrizal, generando información útil que contribuya a
analizar el riesgo o amenaza tecnológica que implica el uso de estos plaguicidas para los habitantes de las zonas
aledañas.
Materiales y Métodos
Localización del área de estudio
La cuenca del río Carrizal se ubica entre los cantones Bolívar y Chone, tendiendo una superficie de
aproximadamente 2267 km2 (Carreño et al., 2019); a lo largo del río se distinguen la zona alta, media y baja. El
estudio se realizó en cinco puntos desde las localidades de Quiroga hasta Bachillero, los cuales se seleccionaron
con base en su cercanía a las localidades agrícolas (Figura 1). La definición de las coordenadas cartográficas
proyectadas en unidades UTM de los puntos de muestreo, se presenta en la Tabla 1.
Tipo y frecuencia de muestreo
Se realizaron tres muestreos puntuales de tipo sistemático en los cinco puntos seleccionados (Figura 1),