
REVISTA ARBITRADA DE LA FACULTAD EXPERIMENTAL DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA.  AÑO 17  Nº 30. JULIO - DICIEMBRE 2022
46
SituArte
Introducción
El cine documental es parte de la historia y 
la memoria individual o colectiva (Cortés, 2019) de las 
sociedades posmodernas. Las entrevistas, archivos, 
imágenes, sonidos y sujetos sociales que participan en 
las historias, construyen la narración que opera bajo la 
producción de los cineastas de no cción y sus múltiples 
preguntas (Cortés, 2019). 
El abanico de posibilidades narrativas que 
logra exponer un documental puede ser enriquecedor 
para el entendimiento de concepciones, imaginarios 
y representaciones de comunidades, instituciones 
o individuos de la sociedad en contextos históricos 
especícos. De esta manera, problematizar grupos de 
individuos como las subjetividades de los niños y niñas 
pueden ser un reto para cualquier cineasta.
Si buscamos un panorama general de las variadas 
concepciones sobre la infancia, entre el tiempo y el espacio, 
podemos encontrar autores como Gómez y Alzate (2014), 
quienes plantean un corpus documental sobre la infancia, 
aquella que se comprende como una construcción social –
que no se reduce a una sola etapa de la vida, sino mucho 
más que algo biológico– y al niño como un actor social y 
un sujeto pleno de derecho en relación con el adulto, la 
cultura de las masas, los juegos, el cuidado, la educación o 
el castigo. 
Desde otra concepción sobre la infancia, partimos 
del cine, que se enfoca en la representación y la narrativa 
cinematográca. Por ejemplo, Bácares (2018) señala que, en 
las primeras décadas de la lmografía universal, los niños 
solo eran vistos como seres tiernos e inocentes, promovidos 
por el Child Star en Hollywood, tal como sucedía en las 
películas de Shirley Temple. Pero, desde otra perspectiva, 
cuando su presencia los convierte en protagonistas de 
fenómenos históricos –como sucede en el Neorrealismo–, 
los cineastas buscaron representar la infancia desde 
sus dilemas o situaciones; tales como: vivir del trabajo, 
participar en conictos bélicos, etc. (Bácares, 2018). Ejemplo 
de ello son las películas: El limpiabotas, El ladrón de bicicletas 
y Crónicas de un niño solo, de los directores De Sica y Favio. 
Estas variadas concepciones de la infancia, la 
representación y la narrativa cinematográca es importante 
tenerlas en cuenta para comprender el acto de mirar en 
un determinado contexto a los infantes partícipes de una 
producción cinematográca, al igual que problematizar 
las experiencias de la infancia que se construye según la 
perspectiva de Alan Prout (2008, citado por Gómez y Alzate, 
2014, p. 81): “un niño individualizado por la multiplicidad de 
experiencias (familias, escuela, entre otros), es actor de su 
individualización, en el sentido de que él mismo es quien 
en lo sucesivo da sentido y coherencia a sus experiencias”. 
Ante la propuesta de problematizar la mirada 
infantil desde la experiencia, observamos la obra 
documental Los niños abandonados (1975) de Danny Lyon 
(1942, Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos), quien es 
fotoperiodista, escritor y cineasta de documentales, que 
viajó a Colombia en la década de los setenta, y hace parte 
de la historia y la memoria. El documental expone el día a 
día de unos niños que habitaban en las calles de la ciudad 
de Santa Marta y nos presenta a unas chicas nombradas 
como “Los arbolitos”, en un contexto distinto al de los chicos 
de calle. 
Con respecto a lo anterior, para comprender 
la experiencia de ser un niño de calle, es importante 
conocer los aportes de la investigadora Pérez (2007), quien 
señala que su análisis no solamente debería ser desde las 
dinámicas sociales como la precariedad y exclusión, sino 
también desde otras dimensiones como actores sociales 
protagonistas “de prácticas de integración distintas a las que 
son admitidas y legitimadas socialmente” (p. 72). Por tanto, 
la importancia de las dinámicas de la vida cotidiana, como 
las rutinas y las prácticas sociales especícas (en especial 
con las diferencias de un niño entre vivir solo y convivir en 
grupo en la calle), se convierte en una integración al sector 
social de los “marginados”, con dinámicas que les van a 
permitir a los infantes un arraigo en las calles para vivir a 
largo plazo en ellas (Pérez, 2007). 
De esta manera, con respecto a la capacidad del 
niño como actor social y sus experiencias en las dinámicas 
de la vida cotidiana, se trae a colación a Larrosa (2006), 
quien resalta dos aspectos que nos ayudan a comprender su 
presencia en el cine desde la mirada infantil con el tiempo 
y el movimiento (el gesto). El primero es el tiempo del niño 
con respecto al otro, al que de ningún modo accedemos. 
Mientras el segundo son los gestos silenciosos del niño que 
nos enfrenta y nos mira con un rostro misterioso. Asimismo, 
el autor comprende que el rostro de la infancia no solo se 
reere a que el cine observe y enseñe a mirar los gestos de 
los niños, sino que el cine se enfrenta y nos enfrenta a una 
mirada infantil. Aquí constituye “un niño que mira. Luego, 
lo que ese niño está mirando. Y luego el silencio que lo dice 
todo” (Larrosa, 2006, p. 118). 
El objetivo de este trabajo es identicar la mirada 
de la infancia en la película de Danny Lyon, realizada 
en la ciudad de Santa Marta (Colombia), basada en una 
correlación entre la imagen, el diálogo y el componente 
de la narración, como lo expresan los autores Cassetti y di 
Chio (1990) un punto de partida para reexionar el universo 
narrado desde los acontecimientos –“lo que sucede”–, 
y los personajes –“a quien le sucede”–, producto de la 
comprensión sobre la infancia en la película documental. El 
cineasta retrata la imagen de los niños abandonados en un 
relato cotidiano, según sus diversas características, como 
son los gestos, lo corporal, las expresiones y los sonidos, 
en un espacio dialéctico, de actividades y relaciones con la 
sociedad en un contexto determinado. 
El ensayo es una invitación a retomar la 
conversación alrededor de la película de Danny Lyon y su 
composición narrativa sobre la experiencia de la infancia 
y el abandono, al tiempo que genera preguntas para que 
el lector pueda reexionar sobre la temática y explorar 
diferentes respuestas.