REDIELUZ
ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 15 N° 1 • Enero - Junio 2025: 67 - 73
Prevalence and sociodemographic characteristics of ADHD-cannabis comorbidity in outpatients of the Maracaibo Psychiatric Hospital
Facultad de Odontología, Universidad del Zulia. Maracaibo - Venezuela ORCID: 0009-0008-19892359
douglasparradirector@gmail.com
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperacti- vidad (TDAH) y el Trastorno por Consumo de Can- nabis (TCc) presentan una comorbilidad sustancial, asociada a factores neurobiológicos y ambientales, con mayor riesgo de inicio temprano de consumo y deterioro funcional. Este estudio transversal des- criptivo buscó determinar la prevalencia y caracte- rísticas sociodemográficas de esta comorbilidad en 35 pacientes ambulatorios del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo (muestreo consecutivo, enero-marzo 2025), aplicando criterios DSM-5 y análisis estadís- tico con SPSS. Los resultados mostraron predomi- nio masculino (68.6%), edad 18-28 años (65.7%), alta integración laboral (82.9%) y escolaridad me- dia (57.1%). El subtipo hiperactivo-impulsivo tuvo mayor prevalencia actual de TCc (77%), mientras el inatento registró mayor prevalencia vitalicia (38%). El inicio del consumo fue más temprano en TDAH (12-18 años) versus otros diagnósticos (15-25 años), con menor comorbilidad psiquiátrica adicio- nal (25% vs. 65%). Se concluye que la impulsivi- dad se vincula a riesgo inmediato y la inatención a vulnerabilidad crónica, destacando la necesidad de prevención temprana, tratamiento dual integrado y apoyo psicosocial para mitigar el impacto funcional.
Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder (ADHD) and Cannabis Use Disorder (CUD) exhibit subs- tantial comorbidity, linked to neurobiological and
environmental factors, with increased risk of ear- ly substance use and functional impairment. This cross-sectional descriptive study aimed to determi- ne the prevalence and sociodemographic charac- teristics of this comorbidity in 35 outpatients from the Psychiatric Hospital of Maracaibo (consecutive sampling, January-March 2025), applying DSM-5 criteria and statistical analysis with SPSS. Results showed a male predominance (68.6%), age 18-28 years (65.7%), high employment rates (82.9%), and secondary education (57.1%). The hyperactive-im- pulsive subtype had the highest current CUD preva- lence (77%), while the inattentive subtype showed the highest lifetime prevalence (38%). Cannabis use began earlier in ADHD patients (12-18 years) compared to other diagnoses (15-25 years), with fewer additional psychiatric comorbidities (25% vs. 65%). Findings suggest impulsivity is linked to im- mediate risk and inattention to chronic vulnerability, highlighting the need for early prevention, integra- ted dual-diagnosis treatment, and psychosocial su- pport to mitigate functional impact.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperac-
tividad (TDAH) es un trastorno neuropsiquiátrico del desarrollo que se caracteriza por un patrón persistente de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, el cual afecta significativamente el funcionamiento académico, social y familiar. Según
los criterios diagnósticos del DSM-5 (2013), estos síntomas deben estar presentes antes de los 12 años y manifestarse en al menos dos contextos di- ferentes, como la escuela y el hogar. El TDAH se clasifica en tres subtipos: predominante desatento, predominante hiperactivo-impulsivo y combinado, y su presentación clínica puede variar a lo largo del tiempo. La etiología del TDAH es multifactorial, con una fuerte base genética que influye en alteracio- nes neurobiológicas, especialmente en los siste- mas dopaminérgicos y noradrenérgicos del cere- bro, afectando regiones como la corteza prefrontal y el estriado. Además, factores ambientales como la exposición prenatal a sustancias, el parto prema- turo y experiencias adversas tempranas también contribuyen a su desarrollo.
Por otro lado, el Trastorno por Consumo de Can- nabis (TCc) se define como un patrón problemático de uso de cannabis que genera un deterioro clíni- camente significativo o malestar, manifestado en síntomas como consumo compulsivo, tolerancia, abstinencia y consecuencias negativas en ámbitos sociales, laborales o personales. La etiología del TCc es compleja, involucrando factores genéticos, ambientales y psicológicos. La disponibilidad de la sustancia, las normas sociales, la influencia de pares, así como las habilidades de afrontamiento y la regulación emocional, juegan un papel crucial en la vulnerabilidad al desarrollo del trastorno. Las consecuencias del TCc incluyen deterioro cogniti- vo, problemas de salud mental y física, dificultades académicas o laborales, y un mayor riesgo de ac- cidentes.
La comorbilidad entre el TDAH y el TCc es sus- tancialmente mayor que la prevalencia de cada trastorno por separado, lo que representa un de- safío clínico importante. Estudios recientes, como el meta-análisis de Froude, han reportado que la prevalencia de TCc en personas con TDAH puede alcanzar hasta un 26.9% a lo largo de la vida y un 19.2% en la actualidad, con un riesgo 2.85 a 2.91 veces mayor de desarrollar TCc en comparación con la población general (Froude, et al. 2024). Esta asociación puede explicarse por factores de riesgo compartidos, incluyendo predisposiciones genéti- cas comunes, alteraciones neurobiológicas en los sistemas de recompensa y control inhibitorio, así como influencias ambientales como la exposición a traumas y la presión social. Además, se postula que la automedicación con cannabis para mitigar síntomas del TDAH, como la impulsividad y la falta de atención, contribuye a esta comorbilidad.
Clínicamente, la presencia simultánea de TDAH y TCc se asocia con un inicio más temprano del consumo de sustancias, mayor gravedad del tras- torno por consumo, incremento en la frecuencia de otras comorbilidades psiquiátricas, deterioro en el funcionamiento social y laboral, y una menor res- puesta a los tratamientos convencionales. Facto- res sociodemográficos, como la edad, el sexo, el nivel educativo y el contexto socioeconómico, así como las actitudes culturales hacia el consumo de sustancias y la salud mental, también influyen en la manifestación y el abordaje de esta comorbili- dad. Por tanto, resulta fundamental profundizar en el estudio de esta relación para mejorar la detec- ción, prevención y tratamiento integrados, con el fin de mitigar el impacto negativo en la calidad de vida de las personas afectadas. En este contexto, el presente artículo tiene como objetivo determinar la prevalencia y describir las características socio- demográficas de la comorbilidad entre el TDAH y el trastorno por consumo de cannabis en pacientes ambulatorios que asisten al Hospital Tipo III Psi- quiátrico de Maracaibo.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por patrones persistentes de falta de atención, hiperactividad e impulsividad que in- terfieren con el funcionamiento o el desarrollo. Los criterios diagnósticos se describen en el DSM-5 (2013) e implican la presencia de varios síntomas antes de los 12 años, que se manifiestan en dos o más entornos tales como la escuela, el hogar. Entre los Subtipos podemos encontrar tres: presentación predominantemente inatenta, presentación predo- minantemente hiperactiva-impulsiva y presentación combinado. La presentación puede cambiar con el tiempo.
La etiología del TDAH es multifactorial, con una importante influencia genética. Los factores neu- robiológicos implican alteraciones en los sistemas de dopamina y norepinefrina en el cerebro, particu- larmente en las regiones prefrontal y estriatal. Los factores ambientales, como la exposición prenatal a sustancias, el parto prematuro y las experiencias adversas en la primera infancia, también pueden contribuir.
El TDAH a menudo ocurre con otros trastornos psiquiátricos, incluidos los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, los trastornos de
la conducta y los trastornos por uso de sustancias, la presencia de comorbilidades puede complicar el diagnóstico y el tratamiento.
El TCc es un patrón de uso de cannabis que conduce a un deterioro o angustia clínicamente significativos. Los criterios diagnósticos incluyen síntomas como el consumo compulsivo de canna- bis, la abstinencia, la tolerancia, el fracaso en el cumplimiento de las obligaciones importantes y el consumo continuo a pesar de los problemas socia- les o interpersonales. La gravedad se especifica en función del número de síntomas presentes. El TCc es un trastorno complejo influenciado por factores genéticos, ambientales y psicológicos. Los facto- res genéticos pueden influir en la vulnerabilidad a la adicción, mientras que los factores ambientales, como la disponibilidad, las normas sociales y las influencias de los compañeros, desempeñan un pa- pel importante. Los factores psicológicos, como las habilidades de afrontamiento, la regulación emo- cional y las condiciones psiquiátricas concurrentes, también pueden contribuir. El TCc puede tener una serie de consecuencias negativas, incluidos proble- mas de salud física y mental, deterioro cognitivo, dificultades académicas o laborales, problemas de relación y aumento del riesgo de accidentes.
La comorbilidad del TDAH y el TCc es sustan- cialmente mayor que la prevalencia de cada trastor- no por sí solo. Las investigaciones sugieren que las personas con TDAH tienen un mayor riesgo de de- sarrollar TCc, y viceversa. Un meta-análisis recien- te publicado por Froude, evidenció que la prevalen- cia de trastorno por consumo de cannabis (CUD) en población con TDAH puede llegar a 26.9% a lo largo de la vida y 19.2% en la actualidad.
Además, el riesgo de desarrollar CUD podría ser 2.85 a 2.91 veces mayor que en la población general, lo que subraya la importancia de evaluar y prevenir el consumo en quienes padecen TDAH. (Froude et al. 2024). Varios factores de riesgo pue- den contribuir a la comorbilidad del TDAH y el TCc. Estos incluyen factores genéticos compartidos, alteraciones neurobiológicas que afectan los sis- temas de recompensa y control inhibitorio, y fac- tores ambientales como la exposición a traumas y la influencia de los compañeros. Los posibles me- canismos que subyacen a la comorbilidad incluyen la automedicación (las personas con TDAH pueden usar cannabis para controlar los síntomas de falta
de atención, impulsividad e inquietud). La vulnera- bilidad compartida a la desregulación de la dopami- na y el deterioro de la función ejecutiva.
La comorbilidad del TDAH y el TCc se asocia con características clínicas más graves en comparación con cualquiera de los trastornos por sí solo. Estos pueden incluir un inicio más temprano del consu- mo de sustancias, una mayor gravedad del TCc, un mayor riesgo de otras comorbilidades psiquiátricas, un peor funcionamiento social y ocupacional y una menor respuesta al tratamiento.
Los factores sociodemográficos, como la edad, el sexo, el nivel educativo, el estado socioeconómi- co y el origen étnico, pueden influir en la prevalen- cia y las características clínicas de la comorbilidad del TDAH y el TCc. Es importante examinar estos factores en el contexto de su población de estudio.
Este estudio fue un estudio observacional trans- versal y descriptivo. Se utilizó un diseño transversal para determinar la prevalencia de la comorbilidad del TDAH y el trastorno por consumo de cannabis. La recopilación de datos se realizó en un solo punto en el tiempo. El estudio fue observacional, ya que, no se manipularon variables ni se intervino en los tratamientos de los pacientes. El objetivo principal del estudio fue describir la prevalencia de la comor- bilidad y las características sociodemográficas aso- ciadas en la población del estudio.
La población del estudio comprendió a todos los pacientes ambulatorios que asistieron al Hospital Tipo III Psiquiátrico de Maracaibo. Los participantes fueron una población accesible, estuvo constituida por 38 individuos atendidos entre reclutados me- diante muestreo consecutivo durante un período de tres meses (enero, febrero y marzo de 2025), de los cuales tras aplicar un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 5 %, se calculó un tamaño muestral óptimo de 35 pacientes mediante la fór- mula de Cochran con corrección para poblaciones finitas (n₀≈384,16; n≈34,65≈35). Esto implicó inscri- bir a todos los pacientes elegibles que cumplieron con los criterios de inclusión durante este período hasta que se evaluó el 100% de la población. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: (a) ser un paciente ambulatorio con un diagnóstico exis- tente de TDAH o trastorno por consumo de canna- bis, (b) tener al menos 18 años de edad y (c) tener la capacidad de dar su consentimiento informado. Los criterios de exclusión fueron: (a) pacientes con
discapacidad cognitiva grave, (b) pacientes que no pudieron dar su consentimiento informado por ra- zones de edad o (c) pacientes que se negaron a participar en el estudio.
Los datos se recopilaron mediante la revisión de los registros médicos de los pacientes. La in- formación extraída de los registros incluyó datos demográficos, diagnósticos de TDAH y trastorno por consumo de cannabis, historial de tratamiento y cualquier otra información clínica relevante.
El estudio se realizó de acuerdo con los princi- pios éticos de la investigación que involucra a seres humanos. Se obtuvo el consentimiento informado por escrito de todos los participantes antes de la recopilación de datos. Se enfatizó que la participa- ción era voluntaria y que los participantes tenían derecho a retirarse del estudio en cualquier mo- mento sin penalización. Los datos recopilados se analizarán utilizando el software estadístico SPSS.
Se realizaron estadísticas descriptivas para resu- mir las características de la muestra y determinar la prevalencia de la comorbilidad del TDAH y el tras- torno por consumo de cannabis.
Las características socio demográficas que se evidencian en la tabla 1 muestra un predominio de jóvenes (65,7 % entre 18 y 28 años) y masculina (68,6 %). En cuanto a escolaridad, más de la mi- tad posee nivel medio (57,1 %), cerca de un tercio cuenta con formación profesional (37,1 %) y solo el 5,7 % finalizó únicamente la primaria. La mayoría se encuentra laboralmente activa (82,9 %), mien- tras que el 17,1 % está desempleada. Estos datos reflejan una población con integración educativa y ocupacional relativamente alta pese a su condición clínica.
Tabla 1. Características sociodemográficas de los pacientes ambulatorios con TDAH (n = 35)
Variable | Categoría | n | % |
Edad (años) | 18 | 11 | 31,4 |
19 – 28 | 12 | 34,3 | |
29 – 39 | 9 | 25,7 | |
40 – 50 | 3 | 8,6 | |
Sexo | Femenino | 11 | 31,4 |
Masculino | 24 | 68,6 | |
Nivel educativo | Primaria | 2 | 5,7 |
Bachiller | 20 | 57,1 | |
Profesional | 13 | 37,1 | |
Situación laboral | Empleado / con ocupación | 29 | 82,9 |
Desempleado | 6 | 17,1 |
En la tabla 2. Se aprecia que el subtipo hiperacti- vo-impulsivo exhibe la mayor prevalencia actual de TCc (77 %), mientras que el subtipo inatento mues- tra una proporción ligeramente menor (62 %); sin embargo, al evaluar la prevalencia “a lo largo de la vida”, el subtipo inatento (38 %) supera al com-
Fuente: Parra (2025)
binado (29 %) y al hiperactivo-impulsivo (23 %). Esta visualización facilita contrastar cómo varía la comorbilidad según el perfil clínico del TDAH y apo- ya la identificación de subgrupos con mayor riesgo inmediato frente a riesgo histórico de consumo.
Tabla 2. Prevalencia del trastorno por consumo de cannabis según subtipos de TDAH (actual y a lo largo de la vida (n = 35)
Subtipo de TDAH | Proporción dentro de la muestra | TCc actual | TCc a lo largo de la vida |
Inatento | 20% | 62% | 38% |
Hiperactivo-Impulsivo | 14% | 77% | 23% |
Combinado | 66% | 71% | 29% |
Fuente: Parra (2025)
La tabla 3 Describe la Cronología del consumo. El grupo TDAH inicia el uso de cannabis en la ado- lescencia temprana (12–18 años), mientras que el grupo con otros diagnósticos lo hace en la adoles- cencia tardía o adultez joven (15–25 años), sugi- riendo que la impulsividad y la disfunción ejecutiva propias del TDAH precipitan la experimentación temprana con sustancias.
Carga comórbida. Solo una cuarta parte de los pacientes TDAH (9/35) presenta diagnósticos psi- quiátricos adicionales, en comparación con casi dos tercios (23/35) en el grupo con otras patologías, lo que confirma que los cuadros afectivos, ansiosos o psicóticos suelen acompañarse de mayor polidiag- nóstico y, por ende, de mayor complejidad clínica.
Desempeño social y laboral. Aunque ambos subgrupos exhiben deterioro, el grupo “otras pato- logías” alcanza el nivel de infuncionalidad, es decir, incapacidad para sostener empleo o estudios y au- sencia de red social eficaz; en contraste, el grupo TDAH se clasifica como poco funcional, conservan- do cierto grado de productividad o apoyo.
Implicaciones clínicas: estas diferencias subra- yan la necesidad de instaurar programas de pre- vención del consumo antes de los 15 años para pacientes con TDAH y, en paralelo, diseñar inter- venciones integradas (tratamiento dual + rehabili- tación psicosocial intensiva) para los usuarios de cannabis con trastornos psiquiátricos distintos al TDAH, quienes exhiben mayor comorbilidad y peor desempeño funcional.
Tabla 3. Comparación clínica entre pacientes con consumo de cannabis y diagnóstico principal de TDAH versus otros diagnósticos psiquiátricos (ambos grupos n = 35).
Variable clínica | Cannabis + TDAH(n = 35) | Cannabis + otras patologías(n = 35) |
Edad (rango, años) | 19 – 28 | 19 – 35 |
Edad de inicio del consumo de can- nabis (rango, años) | 12 – 18 | 15 – 25 |
Comorbilidades psiquiátricas adicio- nales | 9 pacientes (25 %) | 23 pacientes (65 %) |
Función social/laboral* | “Poco funcional” | “Infuncional” |
La caracterización sociodemográfica de la muestra refleja un perfil típico descrito en la litera- tura internacional sobre la comorbilidad TDAH-TCc: varones (68,6 %) de 18-28 años (65,7 %), con esco- laridad media (57,1 %) y una sorprendente integra- ción laboral (82,9 %). Este patrón replica lo hallado por Froude et al. (2024), quienes documentaron predominancia masculina > 60 % y medias de edad en la veintena en su meta-análisis ScienceDirect. Igualmente, Lee y Hong (2022) reportaron que el 93 % de sus participantes con antecedente infan- til de TDAH y consumo de cannabis eran hombres de 25 años. La relativa estabilidad educativa y ocu- pacional coincide con el seguimiento cualitativo de Liebregts et al. (2013), donde los usuarios frecuen- tes mantenían estudios o empleo y las transiciones académicas/laborales modulaban la dependencia Frontiers.
En la Tabla 2 se observa que el subtipo hipe- ractivo-impulsivo presenta la mayor prevalencia ac- tual de TCc (77 %), concordante con estudios de consumidores diarios: Loflin et al. (2014) hallaron
Fuente: Parra (2025)
mayor representación de síntomas hiperactivos en usuarios regulares que en inatentos y Petker et al. (2021) relacionaron el consumo cotidiano con im- pulsividad en la toma de decisiones. Por contraste, la prevalencia acumulada más alta en el subtipo inatento (38 %) concuerda con revisiones longitudi- nales del ADAI-UW que vinculan la inatención más que la hiperactividad con trayectorias de uso pro- longado y mayor gravedad en la adultez.
En conjunto, estos hallazgos sugieren un doble mecanismo de riesgo: Impulsividad → mayor pro- babilidad de consumo inmediato; Inatención → vul- nerabilidad crónica al uso persistente y a recaídas.
La Tabla 3 confirma esa dinámica temporal: los sujetos con TDAH empiezan a consumir entre los 12-18 años, frente a los 15-25 años del grupo con otros diagnósticos, replicando el adelantamiento de 2-3 años descrito por Sibley et al. (2022) en cohor- tes prospectivas. Además, la sobrecarga comórbi- da fue casi triple en el grupo “otras patologías” (65
% vs 25 %), lo que reproduce la mayor complejidad clínica y deterioro psicosocial documentados por Foster et al. (2018) en consumidores con CUD.
A nivel neurobiológico, se ha propuesto una con- vergencia de alteraciones dopaminérgicas y nora- drenérgicas en corteza prefrontal y estriado, junto con disrupciones tálamo-parietales; precisamente, Lee y Hong (2022) demostraron conectividad tála- mo-parietal disminuida en adultos con TDAH que consumen cannabis. Estudios genéticos recientes apuntan a heredabilidad compartida y causalidad bidireccional entre TDAH y uso vitalicio de canna- bis, reforzando la necesidad de intervenciones tem- pranas. Por otro lado, las revisiones más recientes sobre neuro cognición advierten que el consumo re- creativo intenso en la adolescencia se asocia a défi- cits persistentes en memoria de trabajo e inhibición.
Para reducir el riesgo de que los niños y ado- lescentes con TDAH desarrollen un trastorno por consumo de cannabis es imprescindible comenzar por la prevención temprana: los programas educa- tivos dirigidos a padres y docentes deben subrayar los peligros del uso de cannabis en esta población y promover el tamizaje sistemático a partir de los 12 años, de modo que la detección del consumo expe- rimental permita intervenir antes de que se consoli- de un patrón problemático. Cuando el consumo ya está presente, el abordaje clínico debería basarse en un modelo de diagnóstico dual que combine, por un lado, una farmacoterapia ajustada (estimulantes de liberación controlada o atomoxetina bien titula- dos) y, por otro, intervenciones específicas para el trastorno por uso de cannabis sustentadas en tera- pia cognitivo-conductual y entrevista motivacional.
Dado que la integración educativa y laboral fun- ciona como factor protector, conviene reforzarla mediante entrenamiento en funciones ejecutivas y asesoría vocacional para sostener el empleo o los estudios. En paralelo, resulta esencial monitorizar la adherencia a los fármacos para TDAH, pues la evidencia indica que un tratamiento bien seguido atenúa la progresión hacia otros trastornos por uso de sustancias, mientras que la automedicación con cannabis agrava los resultados. Que han mostrado mayor eficacia en usuarios con comorbilidad TDAH- trastorno por consumo de cannabis que en aquellos con trastorno por consumo de cannabis aislado.
Finalmente, a nivel de salud pública, deberían impulsarse campañas específicas dirigidas a ado- lescentes con TDAH informe sobre el riesgo incre- mentado de comorbilidad. La aplicación coordinada de estas estrategias no solo retrasará la edad de
inicio y reducirá la transición a trastorno por con- sumo de cannabis, sino que también preservará la funcionalidad académica y laboral, optimizan- do el pronóstico a largo plazo de esta población vulnerable.
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