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De los datos que se muestran en la tabla, el
análisis indicó que existen diferencias signicati-
vas (p>0,05) entre los contenidos de proteína del
producto formulado y el control esto debido, a la
sustitución de una parte de la harina de trigo por ha-
rina de frijol. Estos resultados guardan similitud con
los resultados presentados por Viswanathan y col.,
(2014) quienes reportaron un contenido de proteína
de 13,26% para un pan elaborado con 15% harina
de frijol, y 85 % harina de trigo. Asimismo, Soler y
col., (2017) obtuvieron valores de proteína de 19
a 23% en galletas elaboradas con sustitución par-
cial de la harina de trigo por harina de frijol y sor-
go. Por el contrario, valores de proteína inferiores
(5.58-10.50%) fueron reportados por Fernandes y
Salas-Mellado (2017).
El contenido protéico de la avena es de 14,7g/
100g es rica en metionina, y deciente en lisina y
treonina; por el contrario, las leguminosas son una
buena fuente de lisina, pero presentan decien-
cia de aminoácidos azufrado. Por tanto, en este
estudio la mezcla de leguminosas y cereales en
la formulación del producto, resultan ser altamen-
te importante, desde el punto de vista nutritivo, ya
que, con el uso del frijol y la avena, se produce una
complementación aminoacídica, que eleva la cali-
dad protéica de la mezcla (Medina y Herrera, 2006,
Morteza y Prakashj,2016).
En cuanto al contenido de grasas, se observó
que hubo diferencias signicativas (p>0,05) mos-
trando valores para el PPF de 4,13 en compara-
ción con los valores presentados por el control de
2,08%. Es importante mencionar, que el contenido
de grasa del producto formulado está representado
en alto grado por ácidos grasos poliinsaturados al-
fa-linolénico (omega-3) aportados por la chía y ave-
na. La semilla de chía contiene aproximadamente
un 30% de grasa, con aproximadamente un 68%
de ácido linolénico (omega-3) y un 19% de ácido
linoléico (omega-6) (Fernandes et al., 2019), por lo
tanto, este aumento estuvo compuesto por ácidos
grasos poliinsaturados que son esenciales para el
organismo humano y contribuyen en la disminución
de factores de riesgo en enfermedades cardiovas-
culares, dislipidemias, diabetes, evita la constipa-
ción, diverticulitis e incluso el cáncer de colon.
Como puede observarse, el contenido de carbo-
hidratos fue de 58,21±2,6 para el PPF, valores muy
cercanos al referido por el control. En relación al
contenido de bra, se observaron diferencias signi-
cativas (p>0,05) para el PPF de 3,53% compara-
do con el valor del producto utilizado como control
(1,45%). Cabe destacar, que el contenido de bra
presente en el producto formulado fue mayor, debi-
do a su contenido en harina de frijol y otros ingre-
dientes ricos en bra como chía y avena en hojue-
las. Actualmente, es conocido que el consumo de
bras en los productos alimenticios se asocia con
benecios para la salud del sistema cardiovascu-
lar, al tiempo que reduce los niveles de colesterol
y glucosa en la sangre y mejora el movimiento de
los alimentos a través del tracto digestivo (Tiwari y
Cummins 2021, Giacomino y col., 2013).
En referencia a lo anterior, Matos y col., (2010)
señalan que el frijol es buena fuente de bra cuyo
valor varía de 14 a19 g/100 g, del cual hasta la mi-
tad puede ser de la forma soluble. Los principales
componentes químicos de la bra en el frijol son
las pectinas, pentosanos, hemicelulosa, celulosa y
lignina. Por su elevado contenido de bra, los fri-
joles contribuyen a prevenir el estreñimiento, dis-
minuir la tasa de colesterol y mantener los niveles
de glucosa.
Asimismo, se indica que el contenido de bra por
parte de la avena es de 10,2%, los beta glucanos
son los principales componentes de la bra de algu-
nos cereales como la avena; los cuales se encuen-
tra en las paredes celulares; la bra juega un papel
importante en el control del colesterol debido a que
la bra soluble de la avena forma un gel viscoso en
el intestino donde los ácidos biliares quedan atra-
pados y se excretan en la masa fecal (Giacomo y
col., 2013).
Los resultados obtenidos en el contenido de ce-
niza para el PPF fueron de 0,77% mientras que,
el pan control mostró un valor promedio menor de
0,45, estos valores, probablemente permite deter-
minar que el producto formulado como una fuente
de minerales como fósforo, magnesio, hierro, zinc
y de vitaminas tiamina, niacina y ácido fólico; mejo-
rando así la calidad del producto. De ahí que, par-
tiendo de las opiniones referidas por Salas y Haros
(2016), quienes señalan que estos minerales y vita-
minas no se encontrarían disponible en su totalidad
en panes elaborado con 100% de harina de trigo,
por tanto, sería más recomendable el consumo de
productos de panadería forticados.
Como era de esperarse, hubo diferencias sig-
nicativas (p>0,05) en el contenido de polifenoles.
Los resultados muestran que el pan formulado con
harina de frijol, chía y avena alcanzó valores muy
superiores al control. Con un contenido de polife-
noles de 183,23±9,14 para el PPF mientras que,