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INTRODUCCIÓN
En los últimos 20 años, la incidencia de enfer-
medades crónicas como, obesidad, diabetes, en-
fermedades cardiovasculares, cáncer y osteopo-
rosis ha aumentado. Estas enfermedades, aunque 
prevenibles en la mayoría de los casos, son ac-
tualmente la causa más común de muerte tanto 
en los países desarrollados como en los países en 
desarrollo. Los principales desencadenantes de es-
tas enfermedades crónicas son el daño oxidativo y 
los  procesos  inamatorios  asociados.  En  relación 
a esto, los compuestos bioactivos de los alimentos 
tienen efectos beneciosos para la salud, incluidas 
las  propiedades  antioxidantes  y  antiinamatorias. 
Así, una dieta equilibrada y variada, que contenga 
alimentos ricos en compuestos bioactivos, puede 
desempeñar un papel crucial en la prevención de 
enfermedades crónicas (Socaci y col., 2022). 
En efecto, el papel principal de la dieta es pro-
porcionar,  en  calidad  y  cantidad,  nutrientes  su-
cientes para satisfacer los requisitos metabólicos 
básicos de los consumidores. Las principales fuen-
tes de compuestos bioactivos son las frutas, verdu-
ras, legumbres, semillas oleaginosas, frutos secos, 
cereales y algunas bebidas. Estos alimentos, son 
extremadamente útiles en disminuir la prevalencia 
de numerosas enfermedades crónicas vinculadas 
a  niveles  elevados  de  mediadores  pro  inamato-
rios tales como: desórdenes neurodegenerativos, 
diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y 
varias clases de cáncer debido, a que contienen vi-
tamina C, polifenoles, carotenoides, tocoferoles y 
otros toquímicos antioxidantes (Saini y col., 2015, 
Vetrani y col., 2020). 
Según se ha visto, las legumbres han sido un ali-
mento básico incluido en la dieta de una diversidad 
de culturas de todo el mundo. Su alto valor nutri-
cional y su bajo costo, la convierten en una fuente 
interesante de compuestos bioactivos como los to-
químicos (Sánchez-Villegas, et al., 2018). Además, 
hay  varios  benecios  potenciales  para  la  salud 
debido  a  los  toquímicos,  como    los  compuestos 
fenólicos,  avonoides,  tatos,  taninos,  saponinas, 
oxalatos,  inhibidores  de  enzimas,  toesteroles  y 
péptidos antimicrobianos, presentes en las legum-
bres. Estos toquímicos tienen efectos antiinama-
torios, anticancerígenos, antimicrobianos y antiul-
cerosos. Además, las legumbres también son ricas 
en vitaminas, folato, tiamina (B1), riboavina (B2) y 
niacina (B3) y minerales (potasio, calcio, magnesio, 
fósforo y hierro). (Barboza & Medina 2021, Venki-
dasamya, y col., 2019). 
Por su parte, los frutos secos contienen una se-
rie de compuestos que promueven la salud, inclui-
dos macronutrientes, micronutrientes,  compuestos 
bioactivos, bra, vitaminas solubles en agua como 
el folato, y minerales. Los frutos secos son fuentes 
ricas en nutrientes esenciales, siendo los ácidos 
grasos los componentes predominantes (United 
States Department of Agriculture, 2018).  
Los benecios de la inclusión de los frutos secos 
en la dieta humana están en parte relacionados con 
sus componentes grasos. Diferentes compuestos 
bioactivos liposolubles como ácidos grasos [ácidos 
grasos monoinsaturados (MUFA) y ácidos grasos 
poliinsaturados  (PUFA)],  tocols  (tocoferoles  y  to-
cotrienoles),  toesteroles  (esteroles  y  estanoles), 
esngolípidos,  carotenoides,  clorolas  y  fenoles 
alquilo están presentes en los aceites de nueces 
de árbol y maní, aunque en una medida diferente 
(Alasalvar & Bolling, 2015; Alasalvar y col., 2020a; 
United States Department of Agriculture, 2018.).
De igual forma, en los últimos años, varias semi-
llas oleaginosas se han utilizado cada vez más con 
nes alimentarios. Los aceites comestibles rena-
dos son una materia prima para la producción de 
margarina, contería, panadería y productos cárni-
cos. Los aceites, son ricos en ácidos grasos esen-
ciales insaturados n-3, n-6 y varios compuestos 
bioactivos,  como  toesteroles,  tocoferoles  y  com-
puestos fenólicos, y también proteínas y péptidos 
bioactivos (Hidalgo & Zamora, 2006). 
Su impacto en la salud humana es invaluable 
porque garantizan la absorción de vitaminas lipo-
solubles y contribuyen al buen funcionamiento del 
sistema endocrino o neurotransmisión. A su vez, las 
semillas enteras o molidas se utilizan como condi-
mentos o ingredientes adicionales, entre otros en 
panadería y productos cárnicos. Se utilizan cada 
vez más como componente en la producción de ali-
mentos enriquecidos o funcionales.
Resulta oportuno mencionar, que los hábitos de 
vida y consumo alimentario se desarrollan desde 
la infancia y comienzan a aanzarse en la adoles-
cencia y la juventud. La dieta de los jóvenes y en 
especial de los estudiantes universitarios plantea 
un importante reto, ya que puede suponer cambios 
importantes en su estilo de vida. Además, de los 
factores  emocionales  y  siológicos,  el  periodo  de 
estudios universitarios suele ser el momento en 
el cual, los estudiantes asumen por primera vez 
la responsabilidad de su alimentación. Estos as-
pectos junto a factores sociales, económicos, cul-
turales  y  las  preferencias  alimentarias  conguran