
27
INTRODUCCIÓN
 El consumo de sustancias psicoactivas y sus 
consecuencias, se ha convertido en un tema de 
preocupación y debate por varias ciencias de la sa-
lud, entre ellas se destaca en el ámbito de la salud 
mental, que busca mejorar la calidad de vida  no 
solo  de aquellas personas que por cualquier índo-
le, han llegado a ser drogodependientes, sino,  tam-
bién de  sus familias (De Freitas Melo et al., 2019) 
que se encuentran afectadas  por el impacto que 
produce la adicción en  cada uno de sus miembros, 
pudiendo  desarrollar una patología especíca de-
nominada codependencia, maniesto por vínculos 
disfuncionales, siendo un aspecto poco conocido 
socialmente pero que genera graves consecuen-
cias en la  esfera biopsicosocial (Zielinski, M. 2019; 
Biscarra, A., & Fernández, A. 2010)
Histórica y tradicionalmente las familias han te-
nido un rol secundario en el manejo de adicciones, 
en donde se pone el eje de atención a las personas 
que, tienen problema de adicción. Sin embargo, 
las familias son un factor signicativo en el proce-
so de la rehabilitación ya que, estas se encuentran 
involucradas en el seguimiento post tratamiento 
(Angeles, 2018).
El término codependencia nace a partir de las 
actividades propuestas por alcohólicos anónimos, 
en donde se pudo apreciar que las parejas de las 
personas que tenían problemas con el alcohol te-
nían ciertos factores en común, los cuales, se iban 
presentando conforme transitaban por la enferme-
dad del alcoholismo por lo que se los denomino 
como “Co- alcoholicos” (Patsi & Requena, 2020)
A partir de ello, este término se ha ido aplicando 
no solo para las parejas o los hijos, sino hacia las 
familias, que presentan las mismas disfunciones y 
dicultades sin necesidad, de que haya una perso-
na con problemas de adicciones dentro del núcleo 
familiar. La familia puede estar reforzado comporta-
mientos por la focalización en el otro, con conductas 
de juzgamiento y/o sometimiento, auto negligencia, 
afán de protagonismo y reconocimiento  (Moral Ji-
ménez & Sirvent Ruiz, 2010). En la actualidad la co-
dependencia no forma parte de las patologías pro-
puestas por el DSM. Sin embargo, es considerada 
como un padecimiento (Dos Santos, 2018).
Vale la pena mencionar que el codependiente, 
en muchas ocasiones suele olvidarse de sí mismo, 
para concentrarse en los problemas de otro, ya 
sea su pareja, un familiar, un amigo, etc. Es decir, 
tienden a negar la existencia de un problema  re-
chazando aquellos aspectos de la realidad, que se 
le consideran como desagradables y que afectan 
su estabilidad emocional y  el desarrollo pleno de 
su autonomía, direccionando su atención a la pro-
blemática del otro (Yanza, R., Carrizo, E., Campo-
verde, 2019). De esta manera el codependiente, al 
preocuparse por el otro olvida sus propias necesi-
dades y cuando la otra persona no responde como 
él   espera éste se  frustra y  se deprime (Anaya & 
Fajardo, 2018).
El codependiente brinda de manera constante 
ayuda buscando generar en el otro la necesidad de 
su presencia y al sentirse necesitado cree que de 
este modo nunca lo van a abandonar. Esta condi-
ción es grave, ya que, al no sentirse correspondido 
puede hacerse daño a sí mismo e incluso a la per-
sona. Es común, que en una relación el codepen-
diente no pueda poner límites y sencillamente todo 
lo perdone, a pesar que la otra persona llegue a 
herirlo de manera deliberada, esto es simplemente, 
porque el codependiente confunde la obsesión y la 
adicción que siente por el otro con amor (Alvarado 
& Frías, 2018)
La codependencia consiste en estar total o casi 
totalmente centrados en una persona, en un lugar 
o en una actividad, se caracteriza por una nega-
ción inconsistente de las emociones, generalmente 
se origina en la niñez dentro de un ambiente fami-
liar o grupal, conictivo, en donde el sujeto adapta 
las condiciones de vida para poder protegerse del 
daño provocado por parte de algún familiar (Fontes, 
Pizano, y Lúa, 2020). 
La codependencia, también puede ser un con-
junto de conductas inadaptadas, compulsión, baja 
tolerancia a la frustración y la crítica llegando en 
algunos  momentos  a  justicar  y  permitir  conduc-
tas irracionales (Ayelén et al., 2013;Biscarra et al., 
2013), a n de sobrevivir en un ambiente, que ex-
perimenta una gran tensión y una pena emocional 
causada, como es el caso del alcoholismo u otra 
adicción de un miembro de la familia, abuso sexual 
o una enfermedad crónica de un familiar o fuerzas 
externas a la familia como la pobreza. También 
existen cuadros de codependencia en situaciones 
no externas (López & López, 2020).
Algunos síntomas de la codependencia son con-
ducta  controlada,  desconanza,  perfeccionismo, 
evitar hablar de los sentimientos, problemas de 
intimidad, comportamiento protector, hiper-vigilan-
cia y malestar físico debido al estrés. A menudo, 
la codependencia va acompañada por depresión, 
ya que, el codependiente sucumbe ante los sen-