
11
Editorial
Meditaciones sobre la pluralidad-singularidad del método y la ciencia
En mi humilde experiencia personal, todo indica 
que en la academia tradicional existe mucha confu-
sión sobre el alcance y signicado de la metodolo-
gía de investigación cientíca; en este sentido, para 
algunos profesores de metodología, esta disciplina 
se reduce al estudio de las normas para la produc-
ción de trabajos escritos, de modo que en buena 
medida sus clases versan sobre el uso adecuado 
de normas APA o de las llamadas normas LUZ, en-
tre otras. Para otros, más entendidos, la metodolo-
gía es el estudio teórico de los métodos, técnicas 
e instrumentos útiles en la producción y reproduc-
ción del conocimiento cientíco y humanístico, sin 
embargo, aun así, se trabaja poco en la dimensión 
epistemológica de la ciencia
1
. 
No obstante, debe quedar claro que un grupo 
importante de profesores de LUZ están a la van-
guardia de los estudios metodológicos y epistemo-
lógicos, a tono con las tendencias actuales que ri-
gen esta materia en el mundo.
Al calor de esta discusión también es usual, ha-
blar del método cientíco en singular. En este orden 
de ideas, conviene recordar que, si bien en la his-
toria de la ciencia se fue perlando desde al menos 
el siglo XVII, un método para producir saberes con 
utilidad social, al mismo tiempo empírico y racional, 
conocido posteriormente por la escuela positivista 
como el método hipotético deductivo o, simplemen-
te,  como  el  método  cientíco.  Desde  la  segunda 
mitad del siglo XX hay claridad en el hecho de que 
existen diferentes métodos cientícos al servicio de 
los diversos investigadores siempre condicionados 
por las disciplinas o áreas en las que se formaron 
dialécticamente.  
Por ejemplo, en las ciencias sociales ganadas 
en su conjunto a develar la complejidad bio-psi-
co-social de la persona en su mundo de vida, se 
valora en igualdad de condiciones, lo objetivo y 
lo subjetivo, lo material y simbólico, lo abstracto y 
lo concreto. Es precisamente en el marco de este 
1  Una discusión epistemológica de altura debe asumir a la ciencia en general como un sistema 
ideológico y descifrar, por lo tanto, las condiciones políticas, económicas, ideológicas y culturales, 
necesarias para hacer y difundir la ciencia en una sociedad determinada. De modo que, en este 
hilo conductor se formulan preguntas como ¿Cuál es la relación existente entre el poder político y 
los académicos o cientícos? ¿Qué vínculos hay entre desarrollo económico y cientíco? ¿Qué rol 
desempeña las creencias y cultura de una comunidad en su evolución cientíca integral?     
propósito  superior,  donde  el  método  cientíco  se 
presenta más exactamente como una pluralidad 
teórico-metodológica de opciones, tales como: la 
hermenéutica, la fenomenología, la etnografía, la 
investigación-acción-participación, el análisis del 
discurso, análisis de contenido, las historias de vida 
o los grupos focales de discusión, por mencionar 
solo algunos de los más conocidos.   
Por las limitaciones propias de esta editorial, no 
es posible denir o distinguir cada una de estas he-
rramientas metodológicas, basta decir que respon-
den a la naturaleza diferencial de los objetos y su-
jetos de estudio y que, además, son instrumentos 
limitados que no pueden ser usadas para todos los 
propósitos cientícos. De cualquier modo, la cienti-
cidad de estos métodos, denidos genéricamente 
como “cualitativos” viene dada por al menos tres 
razones: primero, su apego a la evidencia empírica 
concreta, recabada sistemáticamente por instru-
mentos validos; segundo, el tratamiento inductivo o 
deductivo de las fuentes y; tercero, la posibilidad de 
conrmar, revisar o contrastar los resultados de una 
investigación de forma independiente, ello, aunque 
estos resultados no sean universalizables. 
Quizá el problema de la pluralidad-singularidad 
del método cientíco se desprende del discurso has-
ta hace poco hegemónico de las llamadas ciencias 
duras (naturales o exactas), según el cual el campo 
de lo cientíco, es decir, de todo aquella parte de 
la realidad que se puede conocer “objetivamente” 
mediante  métodos  de  cuanticación  y  escalas  de 
medición es monopolio de estas disciplinas, lo que 
signicó que, las llamadas “ciencias sociales y hu-
manas” o bien no son ciencias propiamente dichas 
o, en el mejor de los casos, estaban condenadas a 
emular en todo momento las técnicas, postulados 
y métodos de las “ciencias duras” como condición 
de posibilidad para adquirir alguna legitimidad epis-
témica.
REDIELUZ
ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769
 Vol. 12 N° 2 • Julio - Diciembre 2022: 11 - 12