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INTRODUCCIÓN
En la práctica, los conceptos de Prospectiva 
Estrategia y planicación están estrechamente re-
lacionadas, algunos autores lo reportan como pla-
nicación  estratégica  y  de  gestión,  y  otros,  como 
prospectiva estratégica. Cada uno de estos con-
ceptos, remite a un referente de deniciones, pro-
blemas y métodos, cuya especicidad no se ha de-
terminado, pues la propia terminología aún no se 
estabiliza (Godet y Durance, 2007). La Prospectiva 
Estratégica (PE), es un conjunto de tentativas sis-
temáticas para observar, a mediano o largo plazo, 
el futuro de la ciencia, tecnología, economía y la 
sociedad e incluye las tecnologías emergentes que 
producen  mayores benecios institucionales  eco-
nómicos o sociales (OCDE, 2015); mientras el “plan 
estratégico” recoge las decisiones estratégicas cor-
porativas adaptado “hoy”, en referencia a los tres 
próximos años, (horizonte más habitual del plan es-
tratégico), que buscan lograr una organización más 
competitiva para satisfacer las expectativas de sus 
integrantes (Sainz, 2010).
La PE, se basa en lo que se pretende conse-
guir y cómo se propone conseguirlo; plasmado en 
un documento de consenso, donde se concretan 
importantes decisiones orientadas a la marcha de 
una organización y lograr una gestión de excelen-
cia (Pineda, 2013). Así, las organizaciones se pre-
paran para enfrentar situaciones, que se presenten 
en el futuro, para orientar sus esfuerzos a metas 
realistas de desempeño (David, 2003), indispensa-
ble para la dirección de una empresa (Forehand y 
Sheshuno,  2003).  En  ese  sentido,  se  describen 
tres áreas de estudio respecto a la relación entre 
PE y desempeño: (1) Análisis de los resultados en 
función de la cultura de PE, que posee la organiza-
ción, horizonte de planeación, calidad del proceso 
y grado de logro de objetivos, (2) Análisis del con-
tenido de la PE, considerando las estrategias que 
tienen las empresas con un desempeño superior al 
promedio, atendiendo al  sector donde se encuen-
tra la organización y (3) Relación entre la estrategia 
y el ambiente, pues la estrategia, está en función de 
factores del entorno y capacidades de la empresa 
(habilidades directivas, experiencia y estilo de di-
rección del gerente) (López Salazar, 2005).
La Organización de Estados Americanos (OEA) 
destaca, que para lograr el desarrollo integral sos-
tenible en los países en desarrollo y subdesarrolla-
dos, es necesario contar con una serie de políticas 
públicas que accionen en conjunto (OEA, 2010). 
Ahora bien, de todas las instituciones que tienen los 
diferentes países, son las Universidades, las llama-
das a tener un papel preponderante en la solución 
de problemas, afrontar los cambios y transformacio-
nes que se presenten en su entorno, posibilitando 
así, el desarrollo sostenible que se requiere (Sen, 
2010; Arias, 2009). Del mismo modo, se enfatiza en 
el mundo actual, el peso preponderante que debe 
tener el ser humano, expresado por Gary Becker 
(Premio  Nobel  de  Economía,  1992)  quien  arma, 
“el éxito o el fracaso económico de una nación, ya 
no depende de la tecnología o de la maquinaria que 
posee, sino de lo que haga con su gente”. 
De lo descrito anteriormente, se hace necesario 
asegurar una formación integral a los educandos, 
para ello, debe contar con una gerencia coherente, 
con el hacer y aprender, con docentes/investigado-
res y estudiantes críticos, autogestores, generado-
res de desarrollo, capaces de interactuar con per-
sonas de otros saberes y proponer alternativas en 
pro del ser humano y el entorno. Cumplir con esta 
intención, implica políticas y estrategias para formar 
a los formadores, pensar en términos de proyecto 
de país, para que entre todas las fuerzas vivas, en 
especial las universidades, mermen la brecha de 
las escases de participaciones latinoamericanos y 
venezolanos de  líderes de conocimiento (Sierra 
Pérez, 2004).Para asegurar el éxito económico, 
los países deben contar con todos sus ciudadanos, 
entre estos los indígenas, que representan un gru-
po  étnico    desfavorecido del  benecio social,  que 
aporta el producto interno bruto (PIB) en la mayo-
ría de los países del  mundo, afectando de manera 
directa el área de la educación y la salud; en esta 
última,  se reportan frecuencias elevadas de enfer-
medades, ya resueltas en otros grupos poblaciona-
les. Por ello, la Organización Panamericana de la 
Salud (OPS) destaca, la necesidad de considerar 
su cultura, en aras de preservar sus costumbres e 
idiosincrasia y ofrecer una atención en salud acep-
tada por ellos, donde las acciones implementadas, 
sean de acuerdo a sus necesidades y carencias, 
considerando siempre consultar a esas comunida-
des (PAHO, 2010).
En el mismo orden de ideas, es público y notorio, 
el reconocimiento que se ha hecho de los pueblos 
indígenas en el mundo, en ese sentido, se conoce 
las legislaciones internacionales como el Convenio 
169 de la Organización Internacional de Trabajado-
res (OIT, 2011) y el proyecto de Declaración de las 
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pue-
blos Indígenas (ONU, 2008), las cuales, establecen