
Año 11 - Vol. 22  /  Issn:2244-8764 
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Estas  interaccines  ranas  ei  a  ecientes 
sistemas  de  transporte  (privados  o  públicos),  contribu-
yen con frecuencia a la integración de sistemas de “ciu-
dad-núcleo” con “ciudades satélites”, y a más largo plazo 
pudieran formar un contexto urbano único.  Estas “ciu-
dades satélites” también llamadas “ciudades dormitorio”, 
“la ciudad a medio tiempo”,  “la  ciudad  que  duerme  de 
día”. “la ciudad distante”.
3.2.- El automóvil creador de las zonas dormito-
rio, de la contaminación, de la congestión y de las au-
topistas urbanas:  as atistas ranas se stican 
en las ciudades medias y grandes con altas movilización 
de vehículos.  Estas autopistas generan una imagen de 
desarrollo económico, “la ciudad de las vías aéreas”, “la 
ciudad de concreto”, “la ciudad de la libertad de movi-
miento”,  pero  también,  la  imagen  de  la  contaminación, 
el trasla ineciente la iaen e cia ens -
mana, la imagen de la persona “amarrada” al vehículo y 
aislada del resto de las personas.
Una  autopista  urbana  generalmente  se  convierte 
en una barrera física para los desplazamientos transver-
sales de las zonas donde se emplaza; bloquea el tránsito 
de vehículos transversal en muchas calles, pero especial-
mente, el tránsito de personas, de ciclistas, del transpor-
te público y de todo aquello que se mueva en dirección 
transversal ne sól se erite el  transversal r 
medio mayores infraestructuras de concreto y acero, lla-
madas distribuidores de  tránsito, que a su vez  generan 
su propia barrera (para peatones y ciclistas), y su propia 
imagen.  
Estos  distribuidores  conforman  grandes  lazos  de 
concreto y acero, que bloquean  buena  parte  de  las  vi-
sales ranas se traan la iaen e ls eicis e 
las pequeñas calles y hasta de la gente, que desaparece 
dentro de tales estructuras, y dentro de su “coraza” (el 
automóvil).  
El uso masivo del automóvil como forma de trans-
porte urbano genera mayor congestión y mayor contami-
nación que otras formas de transporte.  Su bajo promedio 
de pasajero transportado por unidad, de apenas 1,1 a 1,5 
pas/veh en los países ricos y de 1,2 a 2,5 pas/veh en los 
países  pobres,  produce  mucho  mayor  contaminación, 
por pasajero transportado, que los sistemas masivos de 
transporte. En comparación con el autobús (50 a 70 pas/
veh), el vehículo de uso particular produce en promedio 
30 veces más contaminación y ocupa 30 veces más es-
pacio público urbano.
La “ciudad del automóvil” es la “ciudad de la con-
taminación”, la contaminación que se ve y la que no se 
ve, pero que igual afecta a la ciudad y sus ciudadanos.  
a iaen e transite este ti e cia iere ara 
cada observador, para algunos es la imagen de lo que ven 
directamente: “la ciudad del vehículo y de las autopistas”, 
para otros observadores que perciben otros indicadores 
es “la ciudad de la contaminación y de la congestión”.  
3.3.- Las Ciclovías, las vías peatonales y la ciu-
dad de cara a la gente:  Los modos de “tracción de san-
gre” son básicamente la bicicleta y el desplazamiento a 
pie, aunque en algunos países se utiliza también carrua-
jes tirados por animales o personas.  El desplazamiento 
peatonal y en bicicleta, como modo de transporte urba-
no, es  ecológico y saludable,  y también reduce la  con-
gestión en las calles y en los estacionamientos, debido 
a que una bicicleta ocupa cerca del 10 % del espacio de 
un automóvil.  La principal limitación de estos modos de 
transporte es la distancia de cobertura, que para la bici-
cleta varía entre 2 y 5 km, y para el peatón varía entre el 
20 y 30 % de estas distancias, dependiendo de las faci-
lidades y mobiliario que brinde la vialidad urbana a estos 
modos, de las pendientes de las calles o ciclovías y, de 
las condiciones climáticas en la ciudad.  
En las grandes ciudades, donde la proporción de 
viajes  urbanos  por  debajo  de  esas  distancias  es  muy 
baja, se recurre al uso de la bicicleta como modo de tras-
bordo.    Esta condición exige de Ciclo-parqueaderos o 
bicicleteros, en  estaciones  de  autobuses  y  de  Metro, o 
permitir que la bicicleta viaje con el usuario en tales mo-
dos de transporte.  
La bicicleta como forma de recreación o de tera-
pia de salud y ejercicio, no es propiamente un modo de 
transporte urbano, porque el objetivo en ese caso no es 
transportarse,  pero  indudablemente  que  esta  práctica 
asiva ine en la iaen rana  Es la iaen e la 
recreación, la salud y el descanso, y muestra la imagen 
de una ciudad más humana.
La bicicleta como modo de transporte requiere de 
ciclovías y ciclorrutas, que produzcan una integración de 
cada uno de los sectores urbanos, en especial los sec-
tores  dormitorios  (productores  de  viaje)  y  los  sectores 
industriales  y  comerciales  (atractores  de  viajes).    Estas 
calzadas para  el tránsito de ciclistas  (ciclovías), y la  in-
Barboza, R. (2023)
El transporte como generador de imagen urbana