Opción
: Revista de Ciencias Humanas y Sociales.
Año 41 N° 106 (enero-abril 2025). pp. 133-135
Universidad del Zulia. Facultad Experimental de Ciencias
ISSN 1012-1587 / ISSNe: 2477-9385
Recibido: 10/11/2024
Aceptado: 10/12/2024
Amor, sexo y pecado en Mérida
colonial
Autor: Luis Alberto Ramírez Méndez
Comentario de: Juan Carlos Morales Manzur*
Amor, sexo y pecado en Mérida colonial
, obra del destacado historiador vene
-
zolano Luis Alberto Ramírez Méndez, constituye una investigación de referen
-
cia en los estudios sobre las mentalidades, las prácticas afectivas y los dispositivos
de control social en el contexto hispanoamericano. A través de un enfoque inter
-
disciplinario que articula la historia social, la genealogía crítica y los estudios de
* Miembro de Número de Academia de Historia del estado Zulia. Universidad del Zulia. Juan Carlos
Morales Manzur es un académico venezolano con una extensa carrera. Historiador, genealogista
y escritor, ha obtenido múltiples títulos universitarios, incluyendo varios doctorados. Ha sido do
-
cente e investigador en diversas universidades y ha ocupado cargos directivos en instituciones
culturales y de preservación histórica. Correo:
jcmmroman@gmail.com
.ORCID:
0000-0003-0887-
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género, el autor desentraña las complejas diná
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micas del deseo, la transgresión y la normati
-
vidad en la Mérida de los siglos XVIII y XIX.
Ramírez Méndez no se limita a describir
episodios escandalosos o relaciones amorosas
fuera del marco legal; su análisis va más allá, al
explorar cómo el amor y la sexualidad se ins
-
criben en estructuras de poder, prestigio y le
-
gitimación social. El matrimonio, lejos de ser
una simple unión afectiva, se revela como un
instrumento estratégico para la reproducción
de jerarquías, donde el honor, la riqueza y la
obediencia a los códigos eclesiásticos y civiles
se imponen sobre los deseos individuales.
Opción.
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1012-1587
/ ISSNe:
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Amor, sexo y pecado en Mérida colonial
de
Luis Alberto Ramírez Méndez
El estudio se apoya en fuentes documentales inéditas, conservadas en archivos
nacionales y extranjeros, que permiten reconstruir casos concretos de relaciones
amorosas, ilícitas o legitimadas, y sus consecuencias jurídicas, sociales y emocionales.
La obra se estructura en torno a tres ejes temáticos: el amor como vínculo afectivo
y transgresor; el sexo como práctica regulada y estigmatizada; y el pecado como ca
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tegoría moral y jurídica que delimita la conducta aceptable en la sociedad colonial.
Uno de los aportes más signifcativos del libro es la revisión crítica de los este
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reotipos de género. Ramírez Méndez cuestiona las representaciones tradicionales
de la mujer como sujeto pasivo y subordinado, y muestra cómo las femineidades y
masculinidades fueron construidas y vigiladas mediante dispositivos simbólicos y
legales que sancionaban cualquier desviación del modelo normativo. En este senti
-
do, el autor propone una lectura performativa de las identidades, donde el género,
la clase y la raza se entrecruzan para defnir lo aceptable y lo punible.
Asimismo, el texto aborda las relaciones disfuncionales marcadas por la vio
-
lencia, el abuso y la instrumentalización del cuerpo como medio de control.
Familias enteras, como los Angulo o los Lobo, son estudiadas como núcleos
de transgresión y reproducción de conductas ilícitas, lo que permite al autor
refexionar sobre la persistencia de patrones culturales y la posible transmisión
intergeneracional de comportamientos marginales.
La trascendencia de este estudio radica en su capacidad para desnaturalizar
los discursos hegemónicos sobre el amor y la sexualidad, mostrando que lo ínti
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mo fue siempre político. En el contexto emeritense, el matrimonio no fue una
simple unión sentimental, sino un dispositivo de reproducción de jerarquías,
donde el linaje, la honra y la obediencia a los códigos eclesiásticos y civiles se
impusieron sobre los afectos. Ramírez Méndez revela cómo las estrategias ma
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trimoniales respondían a lógicas de acumulación simbólica y material, subordi
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nando los deseos individuales a los intereses familiares y comunitarios.
Uno de los aportes más agudos de la obra es su revisión crítica de las iden
-
tidades de género. El autor desmonta la visión tradicional de la mujer colonial
como sujeto pasivo, y muestra cómo las femineidades y masculinidades fueron
construidas mediante estereotipos que delimitaban lo “correcto” y lo “desviado”.
Esta construcción no fue inocente: sirvió para legitimar la vigilancia, el castigo y
la exclusión. En este sentido, Ramírez Méndez se inscribe en una genealogía de
pensamiento que entiende el género como una categoría performativa, atravesa
-
da por la clase, la raza y el poder.
La obra también cuestiona la épica con que se ha representado a ciertas mu
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jeres transgresoras, mostrando que esa exaltación muchas veces oculta las con
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Comentario de: Juan Carlos Morales Manzur
diciones reales de opresión, violencia y precariedad en que vivieron. El erotismo
femenino, lejos de ser una expresión libre, estuvo condicionado por códigos mo
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rales que sancionaban cualquier desviación del ideal virginal y conyugal.
Desde el punto de vista metodológico, el libro se apoya en fuentes documen
-
tales inéditas, lo que le permite construir una microhistoria de las pasiones, los
pecados y las resistencias. Los casos judiciales analizados no son simples anécdo
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tas: son ventanas a las mentalidades, a los miedos y a las estrategias de supervi
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vencia en una sociedad profundamente normativizada. El autor logra articular
lo individual con lo estructural, lo emocional con lo institucional, ofreciendo
una lectura compleja y matizada de la vida colonial.
Ramírez Méndez no solo aporta nuevos datos: desafía los marcos interpreta
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tivos que han dominado la historiografía sobre la colonia. Su obra se inscribe en
una corriente que busca descentralizar el relato ofcial, visibilizar lo marginal y
repensar las categorías desde las cuales se ha narrado el pasado. En este sentido,
su estudio sobre el erotismo, el pecado y la afectividad en Mérida colonial es
también una crítica a la forma en que la historia ha sido escrita: desde la norma,
desde el poder, desde la exclusión.
La trascendencia de esta obra no se limita al campo historiográfco. En un
contexto contemporáneo donde se siguen debatiendo los derechos sexuales, la
autonomía corporal y la diversidad de género, el libro de Ramírez Méndez ofre
-
ce claves para entender cómo se han construido —y naturalizado— las fronteras
entre lo legítimo y lo ilegítimo, entre el deseo permitido y el deseo castigado. Al
revelar las raíces coloniales de estas construcciones, el autor contribuye a una
refexión crítica sobre el presente.
La obra
Amor, sexo y pecado en Mérida colonial
de Luis Alberto Ramírez Mén
-
dez representa un hito en la historiografía venezolana y latinoamericana por su
capacidad de articular hechos concretos con categorías analíticas que desafían
los marcos tradicionales de interpretación. Su aporte no se limita a la recons
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trucción de casos judiciales o relaciones afectivas en la Mérida colonial, sino que
ofrece una relectura crítica de la cultura jurídica, moral y social que estructuró la
vida cotidiana en Hispanoamérica.
En suma,
Amor, sexo y pecado en Mérida colonial
es una obra que interpela
las narrativas ofciales sobre la moralidad colonial, y ofrece una mirada aguda,
documentada y profundamente humana sobre los afectos, los cuerpos y las nor
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mas que los encauzaban. Es un llamado a repensar la historia desde las grietas del
deseo, la resistencia y la dignidad de quienes vivieron al margen de la legalidad,
pero en el centro de la experiencia social.