Revista de Ciencias Humanas y Sociales
© 2022. Universidad del Zulia
ISSN 1012-1587/ ISSNe: 2477-9385
Depósito legal pp. 198402ZU45
Portada: Dándole
Artista: Rodrigo Pirela
Medidas: 25 x 30 cm
Técnica: Acrílico sobre tela
Año: 2012
Año 38, Especial No. 29 (2022): 264-284
ISSN 1012-1587/ISSNe: 2477-9385
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7498795
Recibido: 24-06-2022 •Aceptado: 22-07-2022
Saberes y prácticas artesanales de talavera en San
Pablo del Monte, Tlaxcala
Delia Rincón Ariza
Universidad Surcolombiana, Colombia
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0356-2880
drincon@unillanos.edu.co
Aurelia Flores Hernández
Universidad Autónoma de Tlaxcala, México
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8465-7485
aure7011@yahoo.com
Resumen
En este trabajo se reflexiona acerca de los saberes y las prácticas
artesanales en la producción de la talavera, exploradas entre alfareros y
artesanos del municipio de San Pablo del Monte, Tlaxcala, México.
Describe, los sujetos sociales que ejercen dicho oficio; se evidencian los
saberes y prácticas para su elaboración; y finalmente visibiliza la
apreciación de los artesanos sobre el aporte a la cultura mexicana. Se
aplicaron entrevistas semiestructuradas, ficha de caracterización y
observación directa. Los resultados reflejan la importancia de la talavera
con sello propio mexicano como práctica creativa que apropia los saberes
tradicionales articulados a la modernidad.
Palabras clave: Saberes; Prácticas Artesanales; Talavera;
Artesanos.
Knowledge and craft practices of talavera in San Pablo del
Monte, Tlaxcala
Abstract
In this work, he reflects on the knowledge and artisan practices in
the production of talavera, explored among potters and artisans in the
municipality of San Pablo del Monte, Tlaxcala, Mexico. Describes the
social subjects who exercise said trade; the knowledge and practices for
its elaboration are evidenced; and finally it makes visible the artisans'
appreciation of the contribution to Mexican culture. Semi-structured
interviews, characterization sheet and direct observation were carried out.
The results reflect the importance of talavera with its own Mexican stamp
as a creative practice that appropriates traditional knowledge articulated
to modernity.
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Keywords: Knowledge; Craft Practices; Talavera; Artisans.
1. INTRODUCCIÓN
Las artesanías como manifestación de la diversidad cultural de un
pueblo, dan cuenta de la relación del sistema social y natural en un
contexto, en este sentido, la producción de piezas de talavera, entre otras
expresiones culturales, es un sello identitario en México. Es por ello que,
este trabajo se orienta a la reflexión de los saberes y las prácticas de
artesanos durante la producción de talavera en el municipio de San Pablo
del Monte, de manera concreta, se recuperan el sentir y los aprendizajes
configurados por las mujeres y hombres en dicho territorio mediante su
propia opinión y experiencia.
En un primer momento, se realizó una exploración en el
municipio de San Pablo del Monte, ubicado en el estado de Tlaxcala,
México con el fin de identificar a los hombres y mujeres que se dedican a
la producción de la talavera. En un segundo momento, la investigación se
orientó a evidenciar los saberes y prácticas heredadas y aprendidas
durante la elaboración de ésta. Finalmente, el tercer momento, se ocupó
de visibilizar la apreciación de parte de los artesanos sobre el aporte de
esta creación artesanal –la talavera- a la cultura mexicana.
La voz de los artesanos participantes en la investigación permitió
evidenciar, entre otros aspectos, la importancia cultural a nivel nacional e
internacional, actual y de antaño de este oficio, el interés por fomentarlo
tanto en contextos de orden formal, como no formal, además de la
necesidad de contar con mayor apoyo gubernamental para esta rama de la
economía. De manera precisa, se reconocieron los saberes y las prácticas
culturales que se han mantenido a lo largo del tiempo y que constituyen
elementos fundamentales para transmitir, enseñar y aprende desde edades
tempranas la tradición artesanal de la talavera.
2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS
2.1. CATEGORÍAS TEÓRICAS: SABERES Y PRÁCTICAS
Los saberes de una comunidad en una región o territorio están
compuestos por diversos conocimientos tradicionales, la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) considera
que éstos se refieren a la articulación entre la observación de la realidad y
la experiencia de todos los integrantes de la comunidad (UNCTAD, 2000;
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citado en ARGUETA et al., 2012). En este sentido, la interacción y la
lectura del entorno a lo largo del tiempo por parte de las
comunidades, les permite construir un saber contextualizado que se
transmite de generación en generación. No obstante, dentro de los
saberes TOLEDO y ALARCÓN-CHÁIRES (2012) hacen referencia
a los saberes tradicionales, los cuales considera son el corpus en una
cultura. Así mismo, estos autores conciben las sabidurías tradicionales
y los saberes, de la siguiente manera:
Las sabidurías tradicionales se basan en las experiencias
(sociales) que se tienen sobre el mundo (los mundos), sus hechos y
significados y su valoración de acuerdo al contexto natural y cultural
en donde se despliegan. Los saberes son entonces una parte o fracción
esencial de la sabiduría local, en éstos, la naturaleza se concibe, valora
y representa bajo sus dominios visibles e invisibles. Por lo anterior, los
saberes locales, para ser correctamente comprendidos, deben
analizarse en sus relaciones tanto con las actividades prácticas como
con el sistema de creencias del grupo cultural que los produce y los
defiende. (p. 8)
Ahora bien, los saberes y prácticas de una población se
muestran de diversas formas, entre estas, las expresiones culturales
como la música, la pintura, el baile, y las artesanías. En este sentido, el
conocimiento y las prácticas artesanales propias al interior de una
población o comunidad, dan cuenta de la identidad cultural en un
contexto específico. Estos saberes, habilidades y técnicas tradicionales
como patrimonio cultural inmaterial (PCI), se apoyan en la creatividad
y la imaginación logrando su materialización final en productos
tangibles, tal como lo establece la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2003).
Este organismo señala que las artesanías se convierten en la
manifestación material del patrimonio cultural inmaterial.
Por su parte, LARRAÍN (2001) sugiere que existen aspectos o
afiliaciones que identifican a un colectivo, de este modo, el saber y el
hacer de un grupo social en un territorio se construye en el tiempo, y
se configura a través de las diversas manifestaciones culturales, que se
convierten claramente en elementos identitarios de la comunidad. No
obstante, tal como lo propone la UNESCO (2003) para salvaguardar
los saberes y las prácticas artesanales de una población, se debe
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priviligiar la transmisión del conocimiento y la técnica de manera
intergeneracional al interior de las comunidades.
3. TALAVERA MEXICANA
En México, el origen de la artesanía de talavera se remonta a la
época de la colonización, momento histórico que no solo dio paso a la
explotación de los recursos naturales, sino que además, trajo consigo la
importación de modos de producción cultural del mundo occcidental, así,
los españoles exportan a este nuevo país, platos, loza y otro tipo de
implementos de cocina producidos en talavera, usuales entre las clases
élites de esa época.
Entre el período de los años 1560 a 1580, de acuerdo con
CERVANTES (1939) se da inicio a la fabricación de azulejos en la ciudad
de Puebla, lugar que contaba con extensos yacimientos de barro que
resultaban ideales para la elaboración de loza de talavera, y que además,
gozaba la ciudad de rutas comerciales de importancia para los
productores. Así mismo, esta región tenía una alta proporción de mano
de obra indígena, estos grupos originarios habían recibido las enseñanzas
directas de dicho oficio de parte de los maestros españoles que se habían
instalado en este territorio.
La denominación de talavera sigue siendo tema de discusión entre
los diferentes historiadores, el origen tiene variadas versiones, algunos
autores la atribuyen a la llegada de los frailes de la Talavera de La Reina a
México, y otros, sostienen que fue en el Siglo XVII que Puebla conservó
la tradición cerámica en honor al ceramista Roque de Talavera (LEONI
et al., 2014). Lo cierto es que, la transmisión de conocimiento de parte de
los españoles a los grupos nativos permitió la adaptación de las técnicas al
territorio mexicano, específicamene en Puebla. Años más tarde, la
transmisión del saber y las prácticas entre aprendices y artesanos
aledaños, propiciaron la diversificación y replica de los talleres artesanales
de talavera en otros contextos cercanos.
Con estas influencias extranjeras, el pueblo mexicano ha ido
incorporando esta producción artesanal de talavera con un estilo y sello
propio. De este modo, la decoración colorida que hoy se aprecia en las
piezas artesanales, configuran las expresiones y la identidad cultural del
pueblo mexicano. No obstante, se conserva el uso del color azul en la
loza de talavera, como esencia tradicional original de esta cerámica.
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Dentro de la producción de piezas de talavera se encuentran: la
loza común y blanca con decorados sencillos en tonos azul y verde; la
loza entrefina de mejor calidad; y la loza fina la cual se realizaba de
acuerdo a los requerimientos del cliente (CORTINA, 1999). Es
importante mencionar, que los productos de talavera no son considerados
de primera necesidad, por el contrario, se estiman piezas de lujo y con
precios elevados. Ahora bien, en lo referente a la materia prima utilizada
para la elaboración de la loza de talavera, esta proviene de la combinación
del barro del cerro de Loreto, de color pardo; y de la jurisdicción de
Tecalí, barro de color rojo, esta mezcla ha permitido la elaboración de
piezas de gran calidad.
El estado de Puebla, es reconocido como la ciudad de la talavera
dado que cuenta con la cercanía a los depositos de arcilla, además, de la
ubicación estratégica para la distribución y venta de esta loza artesanal.
En el Siglo XX la producción se amplió, lo que hizo necesario la
transferencia de los saberes y prácticas en la elaboración de la talavera, y
la diversificación del oficio. De esta manera, la contratación de artesanos
aledaños a la ciudad provenientes del municipio de San Pablo del Monte
se hizo necesaria, y es en ese momento se comienza a implementar en
este poblado tlaxcalteca tal labor artesansal, algunos pobladores empiezan
a aprender el oficio y a implementar talleres en su territorio
(TOLENTINO y ROSALES, 2011).
Actualmente, en algunos talleres de producción talavera ubicados
en la región Puebla-Tlaxcala: Cholula, Tecali, Atlixco de Puebla y San
Pablo del Monte de Tlaxcala, la talavera mexicana goza de la
denominación de origen (DO), la cual le confiere propiedad intelectual,
proteccion y calidad en sus productos (GARCÍA y BUSTILLOS, 2018).
El valor social incorporado a los bienes artesanales, evidencian la relación
entre la pieza, el individuo y el significado que se le brinda al producto
(DORMAELS, 2011 citado en GUILLÉN et al., 2017). En este sentido,
es importante destacar la subjetividad implicita en las diferentes
expresiones tangibles (las artesanías de talavera) donde no solo el
conocimiento sino la creatividad y el sentimiento dan vida y valor a las
artesanías.
De acuerdo con PATIÑO (2019) la cerámica de talavera,
principalmente la poblana, ha promovido la identidad cultural mexicana,
lo que le ha llevado al reconocimiento en América Latina. No obstante,
en la actualidad se sabe de la implementación de diversos talleres, así
como el incremento de aprendices y artesanos en San Pablo del Monte,
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Tlaxcala. Esta situación ha fortalecido la conservación de los saberes y
las prácticas artesanales con sello propio de la región.
Hacia los años 80 del Siglo XX se masificó la producción en
talavera lo que propició disminución en los precios y reducción de la
calidad, que la diferenciaba en el proceso de elaboración tradicional de
las piezas. Por ello, con el fin de conservar el saber y las técnicas
tradicionales, algunos artesanos promovieron la certificación de origen
con el fin de proteger su originalidad. Es así, como el 11 de
septiembre de 1997 se estableció la Declaratoria General de la
Denominación de Origen Talavera, inicialmente para la zona del
estado de Puebla y es hasta el año 1998 que se registró la NOM-132-
SCFI Norma Oficial Mexicana Talavera, que regula a los productores
en este oficio, y establece las carácteristicas de la producción de la
siguiente manera VERA-MUÑOZ et al. (2015):
1) Preparación del barro: la mezcla se debe preparar con agua y
dos tipos de barro en greña, negro y blanco, procedentes de la
zona geográfica contemplada en la Declaratoria,
2) Formado de piezas: debe ser a mano, siguiendo cualquiera de
las dos técnicas: (a) torno que puede ser accionada
manualmente o usando equipo eléctrico y/o mecánico; (b)
molde, utilizando hormas de yeso para auxiliarse en el esculpido
de las piezas,
3) Primera cocción: se debe realizar en un horno que alcance la
temperatura requerida, no importa su forma, naturaleza o
combustible utilizado,
4) Esmalte: debe existir evidencia de molienda de arenilla y
fundible que contenga estaño y plomo,
5) Decoración: las piezas con esmalte aplicado en crudo
siempre deben ser pintadas a mano, y se puede usar o no el
estarcido para copiar los diseños (p. 32).
Posteriormente, el 11 de septiembre del año 2003 el Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) modificó el registro
internacional de la Declaración General de Protección de Origen,
norma que incluyó al municipio de San Pablo del Monte en la zona
protegida por la Denominación de Origen (Tolentino, 2018).
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Figura 1 Municipios que conforman la zona protegida por la
Denominación de Origen Talavera
Fuente: Tolentino (2018)
La artesanía en talavera se ha constituido como una expresión
cultural compartida entre México y España, destacando en el primero,
lugares como Puebla, y San Pablo del Monte, Tlaxcala; y en el segundo, la
Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispo, en Castilla. El 11 de
diciembre del año 2019 estos sitios fueron reconocidos por esta actividad
cultural como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
(GOBIERNO DE MÉXICO, 2019).
4. CONTEXTO DE ESTUDIO
El estudio contó con la participación de hombres y mujeres
artesanos, quienes intervienen en diferentes momentos en la elaboración
de piezas en talavera en talleres ubicados en la cabecera municipal de San
Pablo del Monte, Tlaxcala (México), uno de los 60 municipios del estado
de Tlaxcala que forma parte de la región ubicada en el Altiplano Central
de México y tiene una altitud entre 2,200 y 2,700 metros sobre el nivel del
mar. Este lugar colinda con el estado de Puebla y dada la cercanía y la
diversificación del oficio, dicho sector económico ha requerido de mano
de obra artesanal. San Pablo del Monte cuenta con un número importante
de talleres y artesanos.
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Figura 2. Mapa San Pablo del Monte
Fuente: Periodico Oficial (2017)
5. MATERIALES Y MÉTODOS
Esta investigación es de orden cualitativo, se realizó en el primer
semestre del año 2022, durante el levantamiento en campo se aplicaron
entrevistas semiestructuradas con ficha de caracterización y observación
directa. Participaron dos mujeres y seis hombres, cuyas edades oscilaron
entre los 17 años hasta los 46 años, predominando edades entre los 21 a
los 24 años.
El 50 por ciento de participantes expresaron ser solteros, sin hijos,
los restantes en la condición de solteros con hijos, y casados con hijos.
Solamente dos cuentan con casa propia, los demás viven en la vivienda de
los padres. Las actividades de trabajo de campo permitieron la
interacción, el contacto y la observación directa con los artesanos
participantes, ello dio la posibilidad de mediante sus opiniones y su voz
recuperar las experiencias en relación al oficio de talavera que se
desarrolla en la región de San Pablo del Monte, Tlaxcala.
6. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
6.1. CARACTERIZACIÓN DE LAS Y LOS ARTESANOS
Los artesanos participantes son originarios de los municipios de
Tlaxcala, San Pablo del Monte, Santa Ana Chiautempan y de la ciudad de
Puebla, al menos tres provienen del este último municipio, esto indicaría
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circuitos de migración circular laboral, se tuvo también conocimiento que
otros oriundos de San Pablo del Monte viajan a laborar a talleres ubicados
en el estado de Puebla.
Estos desplazamientos humanos entre ambas ciudades son
considerados habituales, propiciados tanto por motivo de actividades
laborales como por otras razones (comerciales, servicios, recreación o
escolares). En particular, para el caso que nos ocupa, los tránsitos entre
una región a otra, traen consigo la transmisión de saberes y prácticas
respecto a la elaboración de talavera, además de la implementación de
procesos de habilitación permanente de personal -aprendices y maestros
artesanos- y una cadena de comercialización y puntos de venta
(TOLENTINO y ROSALES, 2011).
El grupo de artesanos expresó entre las principales razones para
decidir integrarse al oficio de la talavera: (a) motivación personal, (b)
invitación de parte de algún familiar o amigo, (c) tradición (d)
observación directa; y (e) experiencia en el trabajo en barro. En este
sentido, se reconoce que los motivos que condujeron a los participantes a
inmiscuirse en la elaboración de las artesanías en talavera son diversos,
destacando la cercanía o el contacto con el oficio, el vínculo por herencia
familiar, el reconocimiento de esta actividad mediante terceros o por
conocimiento previo de la misma.
Figura 3. Artesanos de San Pablo del Monte
Fotografía: Delia Rincón Ariza – Iván Hernández
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Respecto a la edad de los artesanos se encontró que los de edad
joven oscilan entre los 17 y 19 años, enseguida, un grupo entre los 21 a
los 24 años, y dos alfareros mayores a los treinta años (34 y 46 años,
respectivamente). Con relación al tiempo que llevan en el ejercicio del
talavera, se evidenció que uno de ellos tiene solo un año de experiencia,
cinco con aproximadamente cuatro años en esta actividad, y una persona
considerada como maestro, de nombre Gustavo Zambrano Corona que
tiene veintitrés años de experiencia, a continuación, su testimonio acerca
de su aprendizaje de este oficio,
Fue por herencia, desde los once años. Toda mi familia se ha
dedicado a la talavera. Comenzamos desde abajo. Yo hago todo lo de
talavera porque desde muy pequeño me adentré en este oficio, un muy
bonito, un oficio por tradición (Gustavo, 23 años de experiencia).
También el alfarero, Eduardo Campos Cortesano indicó tener
cuarenta años haciendo la tarea de elaboración de piezas en barro, él
expresó lo siguiente:
Mi papá es alfarero, me enseñó desde la infancia. Me gusta mucho,
es algo que te tiene que nacer para que no se aburra uno. Se hace
ejercicio, uno se distrae haciendo diferentes figuras (Eduardo, 40 años de
experiencia).
6.2 SABERES Y PRÁCTICAS EN LA PRODUCCIÓN DE
LA TALAVERA
Para explorar los conocimientos y las prácticas alrededor de la
elaboración de la talavera por parte de los artesanos se indagó acerca de:
(1) los conocimientos principales que debe saber un artesano o artesana
para la creación de talavera, (2) la transmisión de los saberes, (3) la
reproducción de saberes y, (4) la permanencia o pérdida de los
conocimientos artesanales.
Los conocimientos principales en el oficio artesanal de la talavera
En opinión de los entrevistados, uno de los conocimientos que un
artesano debe dominar para desempeñar adecuadamente este oficio es
conocer el proceso completo de la elaboración de la talavera, lo que
supone saber montar, marcar, decorar, rellenar, plumear, puntear, hasta
concluirla totalmente la pieza. Además, se requiere que la o el artesano
cuente con ciertas capacidades (“ser paciente”) y habilidades manuales
(“tener pulso”) o habilidades creativas o artísticas (“saber dibujar”,
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“contar con buen gusto”, “conocer los colores”, “contar con
imaginación” y “saber decorar”).
Especialmente, se busca que la persona dedicada a este oficio sea
capaz de “distinguir lo tradicional”, domine la “combinación de barros” y
distinga la “diferencia de los tipos de pinceles” como herramientas
básicas en este oficio. De manera particular, se espera que sea una
persona “dispuesta a aprender y ser apasionada con el oficio”. En
conjunto, estos conocimientos (capacidades y habilidades) demandan
concentración, conocimiento del detalle, sensibilidad y exploración de un
oficio visto como arte.
Los saberes y prácticas de los artesanos en la producción de la
talavera pueden considerarse como capital social y cultural configurado en
un territorio, éste se convierte en un bien colectivo y productivo, que se
transmite entre generaciones (TOLENTINO y ROSALES, 2011). En
este sentido, para los artesanos de hoy es fundamental que el dominio en
la producción de la talavera se consolide, para ello debe fortalecerse el
conocimiento en las habilidades prácticas, el manejo de las técnicas
tradicionales y la combinación con técnicas modernas. En parte, debido a
la cercanía con el estado de Puebla se ha permitido la intensificación de
talleres, lo que de manera implícita propicia y obliga a la generación de
espacios de aprendizaje, transferencia, perfección de las técnicas y
difusión del conocimiento de este oficio.
Figura 4. Artesanos: Jesús Romero y María Guadalupe Monarca Galindo
Fotografía: Delia Rincón Ariza – Iván Hernández
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(2) Sucesión de saberes de la producción artesanal de talavera
En los últimos años, el oficio de la elaboración de la talavera no
solo se ha configurado de modo familiar o como respuesta a preservar la
tradición, éste también se ha mantenido ante una fuerte demanda laboral
y económica. La diversificación y expansión de los talleres en San Pablo
del Monte han consentido que otros pobladores interesados o familiares
de los artesanos –hermanos o padres- aprendan a partir de las enseñanzas
del “maestro”. Algunas de las apreciaciones de los artesanos entrevistados
indican cómo desde edades tempranas reciben instrucción y aprendizajes
que les favorecerá su inserción en esta actividad,
A la edad de catorce años, aprendí por motivación propia, porque
me gustó el trabajo, viendo a don Gustavo Zambrano, y pasado el tiempo
fui aprendiendo poco a poco el procedimiento de cómo se hace una pieza
(Jesús, 3 años de experiencia).
Mi hermana trabajaba en otro taller, y yo en otro, aprendí de a
poco, todo lleva su tiempo, su práctica, a mí me enseñaron primero a
poner el azul fino que es el contorno, y fui avanzando me fueron
enseñando más cosas. Pero, siento que la mayor parte de lo que aprendí
es porque lo veía, porque, aunque no lo expliquen, si tu no lo haces, no lo
aprendes, casi, casi aprendí así, aprendí viendo (María Guadalupe, 4 años
de experiencia).
Por parte de mi padre, él es artesano y en los ratos libres iba a
aprender con él (Edgar, 4 años de experiencia).
Los precedentes testimonios clarifican tres formar de aprender el
oficio. En el primero subyace una motivación personal apoyado en la
interacción y la observación directa con un maestro del oficio. En el
segundo, se muestra que la iniciación en este arte fue motivada por un
familiar, y al igual que el primer caso refieren a la
experimentación/exploración como factor fundamental en el aprendizaje
y posterior habilitación para la elaboración de piezas en talavera. Destaca
que la mujer artesana resaltó a “la práctica” como otro elemento central,
lo que significa que el hacer o la creación mediante el uso de las manos es
importante.
Finalmente, el tercer testimonio evidencia que la tradición familiar
representa la alternativa más inmediata para saber ser artesano y creador
de piezas en talavera, en este caso, las enseñanzas dotadas del padre al
hijo. Este vínculo de parentesco, permite precisar que en la perpetuación
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de la producción de talavera sigue siendo generacional, de este modo, los
conocimientos y las prácticas se transmiten de generación en generación.
(3) Reproducción de saberes
El 75 por ciento de los participantes manifestaron haber enseñado
a alguna otra persona, especialmente se dijo que las mujeres son más
interesadas que los hombres por aprender. En otros estudios se ha
encontrado que las mujeres se vienen integrando de manera importante al
trabajo productivo en el campo de las artesanías, y su incorporación en el
ejercicio de la talavera no les es ajeno (UWIMABERA et al., 2017) y
posiblemente podría potenciar el interés por aprender y transitar hacia la
comercialización en este campo. De igual forma, se reconoció que los
aprendices inician con tareas menos complejas.
La estrecha convivencia e interacción entre amistades o entre los
propios trabajadores de un taller permite que estos grupos tengan más
posiblidades de generar procesos de aprendizaje en del arte de la talavera,
Pues sí, cuando llegan nuevos chicos o chicas a aprender, les
vamos enseñando con la práctica. Inicialmente, con respecto a los diseños
hacen las cosas más simples. A veces no aguantan, porque es de mucha,
mucha paciencia para aprender, y no aguantan, sobre todo si les gusta
pintar, aprender, sino se aburren se desesperan y se van (Maria
Guadalupe, 4 años de experiencia).
(4) Estabilidad o pérdida de los conocimientos artesanales
Se preguntó a los entrevistados sí consideran que los
conocimientos artesanales de talavera ¿se han perdido, mantenido o
fortalecido? Una respuesta colectiva compartida fue que los saberes se
han reforzado por la participación y formación de aprendices artesanos,
así como por la inclusión de formas innovadoras de decoración. Así
mismo, la talavera ha dejado de ser estrictamente decorativa y se están
creando piezas funcionales para los interiores en las casas, además, de
incrementarse el número de talleres y en consecuencia, la contratación de
aprendices.
De igual forma, este oficio se ha mantenido en el tiempo porque
los conocimientos se siguen transmitiendo con el fin de no perder las
técnicas tradicionales, y tal como lo expresó el maestro Gustavo
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Zambrano Corona “no olvidar lo olvidado” en sintonía a crear artesanías
modernas sin perder la esencia tradicional y el sello propio,
Yo creo que se mantienen y se fortalecen, obviamente algunas
maniobras o técnicas que se van perdiendo, nosotros de alguna manera
somos un taller joven, tenemos diez años con el taller. Mi abuelo
Cayetano Corona fue el fundador de la talavera en San Pablo del Monte,
estamos hablando de unos cincuenta años atrás, entonces, las técnicas
antiguas usaban plomo, pues se tenían unos molinos totalmente de hierro
para moler el plomo. Además, antes la talavera era decorativa, no era
funcional como ahora la trabajamos. Se ha fortalecido para hacerla
funcional, para usarla en la cocina, en la casa, no se raya, no desprende
olores, se puede utilizar en el microondas sin problema (Gustavo, 23 años
de experiencia).
Al respecto, TOLENTINO y ROSALES (2011) indican que la
combinación con otras técnicas más recientes también produce
transformación y cambio. No obstante, la forma como aprenden los
artesanos se ve influenciada por el contexto familiar y social, donde se
reproducen hábitos y costumbres que legitiman la producción de las
artesanías de talavera (p.30).
6.3. EL PROCESO DE CREACIÓN ARTESANAL DE LA
TALAVERA
Explorando el proceso de elaboración de la talavera, se
reconocieron las funciones de las y los creadores de esta cerámica así
como las actividades y tareas que comprometen este oficio,
especialmente, se identificaron las mudanzas en este proceso. El total de
participantes en el ciclo completo de producción de la talavera fue de
entre ocho a quince personas, dependiendo de la cantidad y el tipo de
artesanía generada:
(1) un operario encargado del manejo del barro, este paso inicial lo
realizan principalmente los hombres, (2) quien elabora o forma la pieza,
(3) un tornero responsable de labrar y pulir la pieza en el torno, cuidando
sus dimensiones y terminaciones, (4) un esmaltador que se encarga de
colocar esmalte en la artesanía y de ornamentarla con varios matices o
colores, (5) una persona que marca, (6) una persona que llena, (7) una
persona que coloca puntos, (8) quien plumea, y (9) un bordeador
responsable de detallar los perfiles de la artesanía. Las tareas de decorar
en cadena, plumear, marcar, esmaltar y estibar el horno, perfilar, poner
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puntos, bordear, entre otras, son acciones que en conjunto tiene la
intención de completar poco a poco la pieza, y concluirla.
En el proceso también pueden intervenir otros operarios
identificados como “de cadena”, es decir, trabajadores en el taller que
realizan alguno de estos pasos de manera separada, pudiendo ser hasta
cinco, en este caso se destaca que la participación de hombres y mujeres
es equilibrada. Especial mención recibe el “Maestro”, quien
habitualmente es reconocido por participar en todo el proceso de
creación de la talavera y encargarse de enseñar y pulir las habilidades de
todos los artesanos,
Yo ya estoy independiente, haga de cuenta que ya hago toda la
pieza, me la dan toda en blanco, y yo la acabo toda, ya hago todo el
procedimiento (Jesús, 3 años de experiencia)
Al indagar acerca de los cambios que el proceso de producción ha
tenido a lo largo del tiempo, hay una opinión generalizada en afirmar que
se conserva el procedimiento de la talavera de modo tradicional, no
obstante, sí han surgido algunos cambios, por ejemplo, en la
implementación de los diseños, que en los útimos años se elaboran con
decorados coloridos y a demanda (personalizados o con diseños
específicos), además de emplearse pigmentos libres de plomo, y recurrir
con más frecuencia al uso de hornos modernos.
Se reconoce que esta actividad como otras actividades económicas,
genera afectación al medio ambiente, esta opinión fue compartida por
62,5 por ciento de los entrevistados, el resto (37,5 por ciento) señaló que,
el barro puede ser reutilizado o reciclado lo que disminuye la polución.
6.4. LA TALAVERA EN EL CONTEXTO CULTURAL
MEXICANO Y SUS RETOS
Todas las personas entrevistadas afirmaron que la artesanía de
talavera dota de identidad al pueblo mexicano, aseguran que desde antes
de la llegada de los españoles a este territorio, los pueblos oriundos ya
tenían vasta experiencia en el manejo del barro para la elaboración de
cerámica. Precisaron que además de la talavera, otras artesanías como los
bordados, los tejidos, el tequila, la vestimenta de Oaxaca, las artesanías de
barro y los sombreros se han extendido alrededor del mundo para dar a
conocer a la cultura mexicana.
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Es importante precisar que México cuenta con la Denominación
de Origen de la talavera a nivel internacional, que es un reconocimiento
otorgado por el Estado mexicano a los productos originarios de una
región geográfica específica y cuya calidad se debe a la misma. Este
registro ampara, certifica y garantiza la calidad de los productos
(Tolentino, 2018).
Sin embargo, en su opinión es necesario y urgente seguir
fomentando acciones para que la producción y comercialización de la
talavera no decline, la promoción en redes sociales y otros medios de
comunicación como la radio y la televisión son buenos canales para ello.
Asimismo, el acceso público a los talleres permitiría que las personas
conozcan todo el proceso de creación de la talavera; tanto como, la
exposición de estas piezas en tiendas de reconocido prestigio. Es
indispensable contar con apoyo gubernamental para la difusión, la venta,
la capacitación y la obtención de precios justos por esta creación
artesanal.
Siguiendo a GARCÍA y BUSTILLOS (2018) la producción de
artesanías brinda además de un producto tangible, alternativas de rutas
turísticas, y por ende, procesos de arraigo cultural por parte de sus
pobladores, y visitantes. De tal manera, que la talavera como artesanía, es
un producto llamativo que requiere del apoyo decidido por parte de los
gobiernos y la sociedad para perpetuar la tradición en el momento actual
y estimular el interés de las generaciones venideras.
De manera puntual, algunas acciones para fortalecer el
conocimiento artesanal de la producción de talavera enunciadas por las y
los artesanos entrevistados fueron:
La importancia de inculcar a niños y niños la pasión por este oficio
mediante escuelas o talleres prácticos donde los conocimientos sean
ejecutados,
Pues, poniendo escuelas. Aquí hay una escuela que les dan clases
de talavera, pero supongo que muchos niños no lo toman en serio, y lo
ven como una actividad extra solamente. Sí se tomará con seriedad talvez
se podría fortalecer el conocimiento (Luis Alfonso, 4 años de experiencia)
Propiciar espacios para que los maestros enseñen la importancia
de este oficio y que se brinden cursos a la comunidad, o se formen
escuelas de arte en talavera,
Saberes y prácticas artesanales de talavera en San Pablo del Monte, Tlaxcala 280
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
Habilitar ciertas características entre las generaciones interesadas
tales como inteligencia, deseo por aprender, creatividad, pasión, paciencia,
y entusiasmo, indispensables para ser parte del arte en la talavera, en
palabras de un entrevistado:
Primero que nada, no olvidando, sin olvidar ¿si me explico? sin
olvidar las raíces, sin olvidar qué es una artesanía, ¡que somos artesanos!
Esa es la única manera que se puede preservar este asunto, sin olvidar
todo lo que viene detrás, todo lo que somos detrás. Muchas veces
nosotros como artesanos, como que nos menosprecian, como que dicen
ya están trabajando… pero más que nada es eso la pasión, la entrega con
lo que lo hace uno, la dedicación, el trabajo. Yo creo que eso es lo que
preserva el amor del artesano y la talavera (Gustavo, 23 años de
experiencia)
La pasión emotiva en la voz de este artesano clama por fortalecer
los conocimientos de una cultura para que sea reconocida
internacionalmente por sus piezas en talavera, y que permita mantener
viva una tradición que construye la identidad mexicana.
7. CONCLUSIONES
El contexto donde los artesanos ejercen el oficio de talavera está
ubicado en San Pablo del Monte, municipio del estado de Tlaxcala, una
zona aledaña al estado de Puebla, lo que produce procesos migratorios
humanos a la vez que implica la transferencia de saberes y prácticas que
se configuran un territorio geográfico artesanal.
Los sujetos sociales participantes en la investigación inician su
proceso de aprendizaje a edades tempranas; en su gran mayoría, son de
edad joven, los de mayor experiencia están cursando edades maduras. El
oficio del diseño de la talavera hoy es ejercido tanto por hombres como
por mujeres, aunque ciertas actividades siguen siendo especializadas
según género.
La combinación de habilidades como paciencia, creatividad y
curiosidad, junto con la experiencia generan el diseño de una pieza
artesanal de talavera única, en este sentido, la labor artesanal se funda en
pasión, interés y voluntad para seguir aprendiendo, y mantener viva la
tradición de la talavera mexicana, acción que requiere el apoyo decidido
del gobierno mexicano para sostener un reconocimiento internacional de
talavera hecha en México. En este sentido, es importante avanzar hacia la
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promoción y la comercialización de las piezas de talavera, con el uso
adecuado de las tecnologías de la información. De igual forma, generar
espacios que brinden al turista o al comprador la oportunidad de
aprender sobre el oficio, y acceder a la compra de las piezas de talavera a
partir del conocimiento y valoración cultural sobre su elaboración.
Finalmente, las voces y el sentir de las y los artesanos participantes
reflejan la importancia de la talavera con sello propio mexicano; y
destacan, la apropiación del saber y las prácticas tradicionales articuladas a
la modernidad.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación fue auspiciada mediante la Pasantía
Internacional de Delia Rincón Ariza del Programa de Doctorado en
Educación y Cultura de la Universidad Surcolombiana. Mención especial
para Iván Hernández Ramírez profesional de la Universidad Autónoma
de Tlaxcala quien articuló el acercamiento con los artesanos del municipio
de San Pablo del Monte, Tlaxcala, los cuales de manera voluntaria
compartieron sus conocimientos y permitieron profundizar en las
prácticas y saberes sobre el oficio de la talavera, a quienes también les
agradecemos.
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
BIODATA DE AUTORES
Delia Rincón Ariza. Licenciada en Producción Agropecuaria, Magíster
en Gestión Ambiental, Especialista en Gestión Ambiental Sostenible.
Con alto contenido social, pedagógico, humanístico y de responsabilidad
por la formación de profesionales para la sociedad y el mundo. Docente
universitaria de cursos en Educación y Recursos Naturales, Didáctica
Especial de la Producción Agropecuaria, Escuela en el siglo XXI de VIII,
y Práctica Profesional Docente de X semestre, directora y evaluadora de
opciones de grado en pregrado y posgrado en áreas de educación
ambiental, educación Rural, y didáctica, entre otras. Actualmente, docente
investigadora de la Universidad de los Llanos, doctoranda del programa
de Educación y Cultura Ambiental de la Universidad Surcolombiana,
Neiva, Colombia.
Aurelia Flores Hernández. Ph.D en antropología por la Université
Laval, Québec Canadá. Maestra en Desarrollo Rural por el Colegio de
Posgraduados en Ciencias Agrícolas (Campus Montecillo, Texcoco estado
de México). Licenciada en Trabajo Social por la Universidad Autónoma
de Tlaxcala. Actualmente es profesora e investigadora en el Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias Sobre Desarrollo Regional (CIISDER)
de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, representante desde el año 2007
del Cuerpo Académico Consolidado UATx-195: Estudios de Género,
Educación y Juventud. Es reconocida en el Nivel 1 del Sistema Nacional
de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) y Perfil Deseable del Programa para el Desarrollo
Profesional Docente de la Secretaría de Educación Pública
(PRODEP/SEP), organismos de México.
UNIVERSIDAD
DEL ZULIA
Revista de Ciencias Humanas y Sociales
Año 38, Especial N° 29 (2022)
Esta revista fue editada en formato digital por el personal de la Oficina de
Publicaciones Científicas de la Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del
Zulia. Maracaibo - Venezuela
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