Reconstrucción de la memoria histórica del conflicto civil en El Salvador                                 242                                                                               
 
                                   
                        
                       Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ 
de Morazán, donde se encuentra Perquín, es un bastión de 
la  guerrilla.  En  reunión  posterior  en  Washington  con 
editores  del  diario,  José  Guillermo  García,  ministro  de 
defensa de El Salvador, refutó la noticia y aseguró que sus 
fuerzas controlaban todo el país. Para probarlo, accedió a 
que yo  viajara a Perquín, a donde  la prensa extranjera no 
había tenido acceso (GUILLERMOPRIETO, 2011).  
Al  llegar  a  Perquín  Guillermoprieto  observó  que  en  efecto  los 
militares  lo  controlaban,  pero  su  presencia  no  parecía  consolidada. 
Durante  su  estadía  la  periodista  interactuó  con  los  pobladores,  en 
particular con los niños. Los infantes le platicaron cómo fue que llegaron 
los guerrilleros. (GUILLERMOPRIETO, 2011) escribe…cargaban rifles 
FALS Y G3 – dijeron-. Había muchos jóvenes, pero también unos muy 
viejos. Había ocho mujeres. Unos tenían uniforme, pero la mayoría iban 
con su ropa bien pobrecita como la nuestra.  A unos los conocíamos, era 
gente de este pueblo.  
 
3.5. LOS  CAMPESINOS SALVADOREÑOS DESCRIBEN 
LOS ASESINATOS EN MASA 
A principios de año, el 27 de enero de 1982 The Washington Post 
publica, Los campesinos salvadoreños describen los asesinatos en masa. 
En este capítulo Alma hace la recopilación de los relatos de la masacre 
que ejecutó el ejército salvadoreño durante la ofensiva decembrina contra 
la  guerrilla  izquierdista,  en  el  Mezote.  Guiada  por  guerrilleros,  la 
periodista hizo el reconocimiento de la zona en donde observó cientos de 
cuerpos en descomposición. Una de las sobrevivientes fue Rufina Amaya 
quien en entrevista narró uno de los acontecimientos más atroces que se 
ha vivido en América Latina.  
Las  tropas  habían  entrado  al  pueblo  una  mañana,  habían 
reunido  a  los  habitantes  en  dos  grupos,  los  hombres 
separados  de  las  mujeres  y  de  los  niños,  se  los  habían 
llevado y les habían disparado. Amaya dijo que las mujeres 
habían sido conducidas junto con los niños a una casa en la 
plaza. Desde ahí vieron como vendaban y amarraban a los 
hombres, como los pateaban y los empujaban, y como se 
los llevaban en grupo de cuatro y les dispararon. Cerca de 
medio día empezaron con las mujeres. Escogieron primero 
a las muchas jóvenes y se las llevaron al cerro, después a las 
mujeres  mayores,  se  las  llevaron  a  una  casa,  solo