González, E.; Cortez, M. Revista de Filosofía, Vol. 42, Nº Especial 2025, pp. 97-108 106
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
símbolo de belleza que las mujeres tuvieran un pie de siete centímetros, lo cual era visto
como algo elegante y atractivo. Ahora bien, para alcanzar este estereotipo de belleza, las
mujeres chinas tenían, desde niñas, que vendar sus pies con fuerza, para evitar su
crecimiento. Esto suponía una práctica dolorosa que terminaba por causar deformaciones
y fracturas. No fue sino hasta 1912 que esta práctica fue abolida. En Birmania, las mujeres
Padaung presionan sus clavículas hacia abajo colocándose aros de metal alrededor de sus
cuellos, sumando más aros para alargarlos por encima de los treinta centímetros,
obligándolas a soportar un peso de unos nueve kilos, lo cual termina dificultando su
movilidad. Estos son solo dos ejemplos correspondientes a culturas lejanas a la nuestra,
pero que no resultan menos torturantes y exigentes que los estándares actuales de belleza
impuestos a las mujeres en la cultura occidental.
En las sociedades actuales de Occidente, las mujeres pueden recurrir a
procedimientos quirúrgicos para agrandar o reducir sus senos, estirarse la piel de
diferentes partes de su cuerpo, mutilarse las costillas inferiores para reducir su cintura,
intervenir parte de su estómago para perder peso, dejarse introducir sondas para retirar el
tejido adiposo y poder eliminar su grasa corporal, reconstruir su nariz y labios,
llamándolas cirugías estéticas o cosméticas; todo esto con el fin de amoldarse a los
modelos de belleza establecidos.
Existen diversos procedimientos, con niveles de invasión diferentes, que buscan
principalmente la modificación de nuestros cuerpos, para hacerlos “bellos”. Estos incluyen
tratamientos con inyecciones de toxinas, para eliminar temporalmente las arrugas faciales.
Podría hacerse una extensa lista de tratamientos cosméticos a los que hoy en día se
someten las mujeres. Es necesario destacar que la gran mayoría de estos tratamientos
resultan tóxicos, tienen efectos adversos en la salud corporal y además son muy dolorosos.
El peso de la belleza sobre las mujeres atenta contra su salud, su autoestima y su
desarrollo personal. La belleza representa un mandato que trae como consecuencia el
establecimiento de una relación muy difícil de la mujer con su cuerpo, que puede devenir
en trastornos alimenticios, psicológicos, emocionales, alterando la calidad de vida de las
mujeres.
A lo largo de la historia, los estereotipos de belleza se han convertido en un obstáculo
para el avance social, económico y político de las mujeres, incluso para una relación