González, Y. Revista de Filosofía, Vol. 42, Nº111, 2025-1, (Ene-Mar) pp. 51-67                                 61 
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598 
 
como  tampoco  se  analiza  este  fenómeno  como  una  forma  de  satelización  del  proyecto 
socialista cubano al este-europeo.  
 
Al respecto se puede percibir que, unos y otros intelectuales coinciden en poner un 
acento crítico en las formas en que se desarrolla el proyecto socialista cubano en sus vínculos 
con Europa  del Este. En ambos  se  sustituye  el  enfoque  internacionalista que  se  enuncia 
política e ideológicamente como principio que guía las acciones que se acometen entre los 
estados socialistas por el de sovietización pero, la intelectualidad académica occidental de 
los  cincuenta  y  sesenta,  utiliza  este  enfoque  para  expresar  su  ruptura  ideológica  con  el 
proceso socialista cubano; es decir,  para enunciar el carácter pragmático y personalista del 
rumbo socialista cubano bajo la dirección de Fidel Castro; así como a la incapacidad del 
sistema socialista  para  generar  un  nuevo  orden  en  las relaciones  interestatales entre los 
estados de dicha comunidad.  
 
Por otra parte, los intelectuales cubanos que hemos analizados en este trabajo –en 
contraposición con los primeros- utilizan el término para llamar la atención acerca de la 
forma contradictoria, dogmática y unilateral  que adoptó el  proceso de  acercamiento a la 
comunidad  de  estados  socialistas  del  Este  –especialmente  a  la  Unión  Soviética-  que 
impidieron aperturar la sociedad cubana a formas más variadas y heterodoxas del socialismo 
internacional.  
 
En este sentido, la crítica viene en contra de la reconstitución de prácticas sectarias y 
ortodoxas de una etapa de la experiencia del socialismo en la Unión Soviética en el proyecto 
cubano,  que  tiende  a  limitar  la  formación  cultural  y  crítica  del  sujeto  revolucionario  a 
rigurosos patrones ideológicos y estéticos de cierta línea de la producción soviética; así como 
a  limitar  el  acceso  informacional  y  cultural  de  estos  sujetos  a  otras  producciones  del 
socialismo internacional y al resto de la producción del mundo no socialista.  
 
El enfoque de estos intelectuales cubanos es crítico con la forma en cierto sector de la 
dirigencia política del país orienta las prácticas colaborativas con la Europa del Este, pero 
no homogeniza esa orientación como una concepción que tipifica a todo el cuerpo político 
del país, la asume –eso sí- como la tendencia que domina en la época y contra la cual el resto 
del sector político e ideológico no se enfrenta de manera clara y efectiva. Estos autores –si 
bien analizan ciertos condicionamientos históricos para explicar las causas que conllevaron 
al desarrollo de fenómenos asociados a la sovietización en la orientación de ciertas prácticas 
políticas en el ámbito cultural- no toman como causa irrestricta del mismo las acciones de 
la URSS en la región. Este hecho, quizás incida  en que el peso de su enfoque esté en la 
orientación socialista propiamente cubana y son menos evocativos a los procesos ideológico-
culturales que se centran en las acciones de la URSS.  
 
La trascendencia de estos debates a inicios de los años dos mil es verificable en la 
proliferación  de  producciones  intelectuales  interesadas  en  descifrar  las  influencias  y 
consecuencias del proceso de acercamiento de Cuba a la comunidad de estados socialistas