
Vidal, J., González, L., Curiel, R. Revista de Filosofía, Nº 99, 2021-3, pp. 179 - 189                                         184 
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▪  A  nivel  relacional:  explora  cómo  las  relaciones  intrafamiliares,  sexuales, 
interpersonales influyen en la presencia de comportamientos violentos, teniendo en 
consideración  los  mismos  atenuantes  que  a  nivel  individual,  como  lo  son  el 
maltrato, abuso, familias disfuncionales, entre otros. 
 
▪  A  nivel  comunitario:  examina  las  relaciones  sociales  dentro  de  la  escuela,  el 
trabajo, la comunidad y se trata de identificar los riesgos de los actos violentos, así 
como la influencia que tiene la pobreza, la población, la residencia, la movilidad, los 
escenarios poco favorables dentro del individuo.  
 
▪  A nivel estructural: define cómo las normas sociales contribuyen  a generar o 
controlar los contextos de violencia; investiga cómo las políticas públicas ayudan a 
reducir la violencia o, por el contrario, contribuyen a mantener las brechas sociales 
y la creación de identidades patológicas y antisociales.  
Si bien es cierto, estos elementos no son nuevos dentro de la sociedad, en el siglo XXI 
afrontamos graves problemas en el ámbito ciudadano: la violación de derechos humanos, 
la falta de valores, el creciente aumento de la delincuencia, desigualdad social, injusticia, la 
intolerancia, la inequidad, prejuicios, estereotipos y otro tipo de contextos que fomentan la 
violencia  en  los  espacios  ciudadanos.  A  raíz  de  esto,  se  perfila  una  nueva  racionalidad, 
sustentada  en  la  cultura  del  miedo  y  la  represión,  dando  lugar  a  la  implementación  de 
nuevos  mecanismos de control a través del Estado
16
. 
El fenómeno de la violencia se extiende hasta todos los espacios de  la vida social, 
teniendo nuevas expresiones que crean procesos de ruptura con la ciudadanía. Los factores 
que determinan esta realidad son el auge de la delincuencia, la inseguridad, las agresiones 
físicas,  maltrato,  la  xenofobia,  entre  otros  aspectos
17
.  La  violencia  se  relaciona 
directamente con la presencia del crimen y la delincuencia y estos, a su vez, por factores 
estructurales como la pobreza, la desigualdad social, la falta de empleo, de educación y la 
burocracia en las entidades gubernamentales
18
.  
Por esta razón, la violencia social puede ser definida como un fenómeno complejo, 
multidimensional y sistemático,   que obedece a factores económicos, políticos, culturales, 
sociales y psicológicos. Al ser un  problema humano, se convierte en un problema social, 
pasa del individuo a la familia, luego a la comunidad, la sociedad y, finalmente, a ser un 
problema  político  e  institucional.  Tiene  consecuencias  reales  que  afectan  el  orden 
ciudadano
19
.  
En los últimos años, la violencia ha alcanzado nuevos niveles, quebrando las bases 
que definen el funcionamiento de la sociedad, aumentando el gasto público, para satisfacer 
las necesidades de protección ciudadana. De igual forma, la delincuencia y la inseguridad 
 
16
  Cfr.  BARREIRA  César  (Coordinador).  Conflictos  sociales,  luchas  sociales  y  políticas  de  seguridad 
ciudadana. Universidad Autónoma del Estado de México, 2013.  
17
 Cfr. Ibíd.  
18
 Cfr. FERNÁNDEZ, Isabel. “Violencia social en América Latina”. Papeles, N° 94, 2006.  
19
 Cfr. BUVINIC, Mayra; MORRISON, Andrew;  ORLANDO, María Beatriz. “Violencia, crimen y desarrollo 
social en América Latina y el Caribe”. Papeles de Población, Vol. 11, N° 43, 2005.