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Oshiel Martínez Chapa
Políticas de globalización en la esfera nanciera y transición de la banca mexicana
De acuerdo con el análisis de riesgos de la industria bancaria de México 
de Standard & Poors (2021), se desprenden las siguientes consideraciones: 
1)  el  acceso  relativamente  bajo  al  crédito  permite  a  los  bancos  crecer  a 
través de prácticas crediticias conservadoras con un enfoque en clientes de 
ingresos medios y altos y con una capacidad de endeudamiento adecuada; 
2) la banca ingresó a la pandemia con balances sanos, rentabilidad sólida, 
reservas  para  pérdidas  crediticias  saludables  que  cubren  los  activos 
productivos; 3) el escaso paquete de estímulo scal del gobierno retrasará 
la recuperación del consumo, la inversión, además de limitar la demanda 
de crédito; 4)  el  sector  bancario  mantiene elevada concentración y  tiene 
barreras elevadas de  entrada; 5) las tecnológicas nancieras —FinTech— 
pueden presionar la rentabilidad de las instituciones nancieras existentes; 
6) la banca se fondea principalmente a través de bases de depósitos bien 
pulverizadas y leales, es decir, con elevada retención de clientes.
Siguiendo  este  mismo  orden  de  ideas,  de  acuerdo  con  la  Encuesta 
Trimestral de Evaluación Coyuntural del Mercado Crediticio que efectúa 
el Banco de México (2020b), se reporta que 77.1 por ciento de las empresas 
encuestadas  utilizó  nanciamiento  de  proveedores;  27  por  ciento  utilizó 
crédito  de  la  banca  comercial;  19  por  ciento,  nanciamiento  de  otras 
empresas del grupo corporativo; 4.2 por ciento, de la banca de desarrollo; 
cinco por ciento, de la banca extranjera; y 0.5 por ciento por emisión de 
deuda. Del mismo modo se señala que, al compararse respecto al trimestre 
anterior,  las  empresas  enfrentaron  condiciones  menos  favorables  en 
cuanto  a  tasas  de  interés,  montos,  plazos  ofrecidos,  comisiones  y  otros 
gastos, renanciamiento de los créditos, tiempos de resolución del crédito, 
requerimientos del colateral y demás.
De acuerdo con la Escuela Austriaca, el sistema bancario global padece de 
una crisis estructural y de ello da cuenta Garrison (1978) en su investigación 
denominada La macroeconomía del capital. Ahí plantea la necesidad de 
un proceso de formación de capital y de crecimiento económico genuino, 
contrario al de las emisiones de dinero y de la manipulación de la tasa 
de  interés,  pues  ello  destruye  la  estructura  productiva.  El  referido  autor 
plantea las siguientes recomendaciones:
En primer término, es indispensable evitar crisis económicas de carácter 
cíclico,  por  lo  que  hay  que  limitar  la  expansión  articial  del  crédito  y 
fomentar el crecimiento del ahorro voluntario y real de la sociedad. Por ello 
es fundamental garantizar al inversor y ahorrador el derecho de propiedad, 
lo cual exige al banco que los fondos se custodien y mantengan a disposición 
100 por ciento de los depósitos. 
En  segundo  término,  considera  fundamental  propiciar  tasas  de 
crecimiento económico sostenido, con lo cual se reducen las tensiones en 
los  costos  de  transacción  laborales.  Si  la  productividad  creciera  más  de 
prisa que la masa monetaria, se elevaría la capacidad adquisitiva. Ningún