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Dicultades de acceso al microcrédito de los productores agropecuarios de la Región Arequipa-Perú... / 122-147
Bernabé Félix Pacheco Santos
Revista Cuadernos Latinoamericanos. Universidad del Zulia. Vol 32, N° 57, enero-junio, 2020, págs: 122-147.
Maracaibo-Venezuela. ISSN 1315-4176
como una economía territorial, debido a que los sectores están directamente ligados a los
recursos naturales que marca la esencia de la ruralidad superando el campo agropecuario.
Es decir, la economía rural, no es solamente agrícola, abarca también: minería, turismo,
agroindustria, comercio, construcción, infraestructura, servicios a las empresas, servicios
personales, servicios de gobierno y nancieros, que explican su complejidad, rico para
inversiones y mercados laborales (Dirven et. al., 2011).
En contraposición a lo manifestado por Gaudin (2019), la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) expresa que es posible evaluar el impacto por la estrecha y positiva relación
entre micronanzas y economía rural, en términos de crecimiento económico, contando con
el desarrollo sólido del sistema nanciero (OIT, 2019). Agrega, que en esta relación, se ve
su situación desatendida, estancada y con lento crecimiento, tal como se encuentra esta
economía en el Perú y en la Región de Arequipa, por ausencia de algún modelo o paradigma
para superar este problema. Además, no se cuenta con un sistema nanciero sólido y ecaz,
que contribuya al desarrollo de esta economía rural. Existen evidencias que las instituciones
nancieras, tanto bancos como instituciones micronancieras, no están ofreciendo servicios
nancieros sostenibles, impidiendo a las comunidades rurales liberar su potencial, dado
una diversidad de factores coincidentes con los mencionados como distancia, dispersión de
clientes, transporte, entre otros.
Además del nanciamiento, es necesario considerar otros factores, tales como la
tecnología, sobre todo para la agricultura de menores recursos; diversicación para
enfrentar problemas en producción alimenticia, además permitiría el crecimiento y aumento
de la productividad agrícola, lo cual es fundamental para lograr y asegurar la transformación
del medio rural; generación de efectos multiplicadores en otros sectores, en ingresos y
estabilidad de las poblaciones rurales en especial cuando crece la demanda y oferta no
agrícola. También la presencia de sistemas jurídicos que garanticen derechos de propiedad
y ser utilizados como garantía (OIT, 2019).
También se debe aprovechar los ingresos de fuentes no agropecuarias, tales como:
comercio, turismo rural, pequeña manufactura, empleo estacional urbano. Es esencial
destacar que, para lograr este impacto efectivo, las micronanzas tienen que ser sostenibles,
acreditar buena cobertura y adecuada focalización (CEPAL, 2004). Estos temas están
pendientes de análisis en el Perú y, por supuesto en la Región Arequipa. La hipótesis reside
en que estas características todavía no son acreditadas por la mayoría de las instituciones
de micronanzas peruanas.
Como se aprecia, el reducido acceso a las micronanzas limita las oportunidades de la
población de salir de la pobreza, efectuar inversión en capital humano de sus familias, lo
cual aumenta la vulnerabilidad a choques externos (Jaramillo, 2014). Asimismo, se puede
agregar que también impacta en el empleo, adquisición de activos jos, educación, sobre
todo infantil. Igualmente, se señala que se requiere de mercados nancieros ecientes,
instituciones de micronanzas sostenibles que mejoren la productividad, adecuada
asignación de recursos y eciencia en la gestión de riesgos, tener una economía estable y
una regulación acorde a la zona rural.
Según la OIT (2019), el sistema nanciero debería aplicar un enfoque más integral
abordando no sólo aspectos productivos, sino también aspectos protectores (reducción de
la exposición a riesgos, incluyendo salud), comprar equipos, insumos agrarios, mantener
infraestructuras, contratar mano de obra para plantar/cosechar, transportar bienes a los