
Funcionabilidad pulmonar en perros a elevada altitud / Hortúa-Pulido y cols._______________________________________________________
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Complementario a lo anterior, estudios enfocados en comprender 
el comportamiento de la oxigenación en altitud de individuos 
sanos, han demostrado que mientras el grado de derivación 
pulmonar se incremente, el PF se reduce [23]; así también, se ha 
identicado que mientras la altitud incremente, el PF se reduce 
pese a un grado de derivación pulmonar constante. Entonces, 
tanto un grado mayor de derivación pulmonar como la altitud 
pueden reducir el PF; no obstante, el impacto de la altitud sobre 
la reducción del PF disminuye mientras el grado de la derivación 
pulmonar se incremente [23]. Lo anterior, puede explicar el menor 
valor de PF obtenido en caninos sanos en este estudio y permite 
suponer que la reducción del PF esperable a cierto grado de 
derivación pulmonar, sea menor en condiciones de altitud que 
a nivel de mar. En otras palabras, entre más severo sea el grado 
de derivación pulmonar, el valor esperado de PF será similar a 
baja y elevada altitud. Se podría estimar que la interpretación 
de PF entre 300 y 200 en altitud puede implicar un grado leve 
de derivación pulmonar (5–15 % aproximado), mientras que a 
baja altitud el mismo rango sugiera una derivación pulmonar 
de tipo moderado (20–25 % aproximado). Sin embargo, un PF 
entre 200 y 100 en altitud puede implicar un grado de derivación 
pulmonar con tendencia a empeorar de forma más acelerada 
(entre 15–25 % aproximado) comparado con el mismo valor a baja 
altitud (25–30 % aproximado). Finalmente, un PF entre 100 y 50 
en altitud implicaría un grado de derivación pulmonar entre 25 y 
50 % y en baja altitud una derivación entre 30–50 %. La deducción 
más simple sugiere que a un PF determinado (menor de 300), el 
grado de derivación pulmonar es mayor a nivel del mar vs gran 
altitud; no obstante, el progreso de la derivación pulmonar es más 
acelerado con la caída de PF en altitud vs a nivel del mar. Esta 
hipótesis es consistente con las observaciones de Zhangetal. [25] 
que sugieren una progresión acelerada de ALI/ARDS en elevada 
altitud por un retraso en el diagnóstico, sugiriendo un grado más 
severo de derivación pulmonar con caídas de menor magnitud en 
el PF en condiciones de altitud.
Por otro lado, en este estudio la correlación entre PF y SF fue 
buena, lo que coincide con previas investigaciones. En medicina 
humana y en caninos se ha identicado que la correlación entre PF 
y SF es fuerte (entre 0,9 a 0,94) y por ende podría reemplazar la 
medición directa de PaO
2
 en condiciones de FiO
2
 de 21 a 37 % [1] 
y elevada altitud [20, 31, 32, 33]. Incluso, en medicina humana, se 
han estimado rangos de equivalencia de SF para un PF dado. Un SF 
de 201–248 se corresponde con un PF menor o igual a 200 como 
criterio para el diagnóstico de ARDS (Sensibilidad del 68–85 % y 
especicidad del 47–56 %) y un SF de 253–357 equivalente a 
PF menor o igual a 300 como criterio para la presentación de ALI 
(Sensibilidad del 86–91 % y especicidad del 84–85 %) [12, 14, 
16, 34, 35, 36, 37]
En esta población de caninos sanos la correlación entre PF y 
SPF fue débil. Así, el cálculo de SPF parece no ser un sustituto 
adecuado en condiciones de altitud, mientras la PaO
2
 permanezca 
entre 67 ± 6,87 mmHg. En medicina humana y modelos suinos (Sus 
scrofa domesticus), la correlación entre PF y SPF a baja altitud 
se ha estimado en una miríada de investigaciones donde existen 
grados variados de hipoxemia por disfunción pulmonar [10, 14, 
16, 38]. A elevada altitud en pacientes con hipoxemia severa la 
correlación también se ha evaluado [20]. De dichos estudios, se 
ha concluido que la correlación entre PF y SPF es adecuada y 
suciente para emplear el SPF como sustituto de PF. Asimismo, 
en caninos, la correlación entre PF y SPF ha sido moderada y 
aceptable para que el SPF sea empleado como sustituto de PF 
en individuos hipoxémicos y con requerimiento de O
2 
[1, 6, 39]. 
En contraste, otras investigaciones han estimado una ausencia 
de correlación entre PaO
2
 y SpO
2
 y por ende entre PF y SPF en 
caninos sin hipoxemia severa [18, 19]. De lo anterior, surge la 
observación de que a medida que la hipoxemia es más severa, 
la correlación entre PF y SPF es mejor; por lo tanto, se justica 
continuar la investigación de esta relación en condiciones de 
hipoxemia espontanea moderada y severa en altitud.
Profundizando en la explicación de la ausencia de correlación 
entre PF y  SPF en este  estudio, se ofrecen tres  hipótesis, 
especialmente teniendo en cuenta que la relación entre PF y FiO
2
 
es compleja, no es lineal, ni constante [1, 23]. En primera instancia, 
la correlación entre PaO
2
 y SpO
2
 puede modicarse con la altitud. 
Así, del análisis de la curva de disociación de hemoglobina, por su 
conguración sigmoidea, se puede inferir que la correlación entre 
PaO
2
 y SaO
2
 es lineal mientras la SaO
2
 oscile entre 90 y 97 %; la 
SaO
2
 cambia mínimamente en respuesta a PaO
2
 elevadas, pero 
puede variar casi 10 veces más en respuesta a cambios sutiles 
de PaO
2
 cuando permanece en el rango de 20 a 60 mm de Hg 
[5]. Entonces, a elevada altitud, pequeñas fluctuaciones de PaO2 
pueden resultar en grandes variaciones de SpO
2
, incluso cambios 
transitorios en el patrón ventilatorio o el movimiento podrían 
afectar la lectura [5]. Pese a que en este estudio se realizó un 
esfuerzo en consignar el valor más constante de la SpO
2
 registrada 
al momento de la punción arterial, posibles sesgos en la obtención 
de la lectura no podrían descartarse. Además, la respuesta 
ventilatoria a la hipoxia hipobárica puede variar ampliamente 
entre individuos; por tanto, puede esperarse un amplio rango 
de SaO
2
 aceptable en individuos sanos y como resultado una 
expresión mayor del efecto Haldane [40, 41]. Adicionalmente, 
el pH, la temperatura, la PaCO
2
 y la concentración de 2–3 DPG 
pueden modicar la curva de disociación de hemoglobina; no 
obstante, se puede asumir que ninguna de estas variables fue 
anormal en los caninos clínicamente sanos de este estudio.
En segundo lugar, es posible considerar que la correlación entre 
PaO
2
 y SpO
2
 se afecte por el grado de hipoxia. De lo anterior, se 
deduciría que además de la altitud, la severidad de la hipoxemia 
también impacta la correlación de PaO
2
 con SpO
2
. Lo anterior 
se sustentaría teniendo en cuenta que los estudios antes 
mencionados identican una buena correlación entre PF y SPF 
en pacientes con alteración del intercambio gaseoso pulmonar. 
Incluso, la correlación entre PF y SPF detectada por Ortiz etal. 
[20] a elevada altitud (2.600 m.s.n.m) ocurrió en pacientes 
ventilados, cuya FiO
2
 y PaCO
2
 pueden controlarse. En contraste, 
los hallazgos aquí reportados, pertenecen a pacientes sanos, con 
FiO
2
 ambiental y con variaciones posibles en el patrón ventilatorio. 
A esta hipótesis se suma la tendencia observada en este estudio 
a reducir la dispersión de datos cuando el PF y el SPF tienden a 
valores más bajos (FIG. 2), lo cual resalta la necesidad de probar 
la correlación de PF y SPF en caninos con disfunción pulmonar 
espontánea en condiciones de altitud. Farrell et al. [19] notaron que 
la correlación entre PaO
2
 y SpO
2
 mejoraba en caninos con hipoxia 
por disfunción pulmonar sometidos a ventilación asistida [19].
La tercera explicación se relaciona con la precisión de la 
pulsioximetría para predecir la PaO
2
. Valores altos de SpO
2
 
tienden a sobrestimar la PaO
2
 y valores bajos de SpO
2
 tienden a