Dímero-D en perros con cáncer/ Segovia-Gómez y col. ____________________________________________________________________________
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INTRODUCCION
El cáncer, en sus diferentes localizaciones y variantes es un 
importante problema de salud a nivel mundial, tanto en humanos 
como en animales. El término cáncer engloba un grupo numeroso 
de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células 
anormales, que se dividen, crecen y se diseminan sin control en 
cualquier parte del cuerpo. Esto hace que al organismo le resulte 
difícil funcionar de la manera que debería hacerlo [4].
Se estima que el cáncer causa aproximadamente el 50% de 
las muertes de las mascotas mayores de 8 años de edad (AdE). La 
expectativa de vida de las mascotas está creciendo debido a un 
mejor control de las enfermedades y con ello, crece la proporción de 
mascotas geriátricas, en quienes la incidencia de cáncer es más alta.
Hoy en día se sabe que hay una asociación entre el cáncer y el 
sistema hemostático y se ha determinado que existe un carácter 
de tipo dual, dado que, por un lado, las enfermedades neoplásicas 
contribuyen a la generación de un estado de hipercoagulabilidad por 
diversos mecanismos, por otro lado, el sistema hemostático parece 
desempeñar un papel determinante en puntos clave de los procesos 
de progresión tumoral [9].
Estudios en humanos revelan que, en el momento del diagnóstico, 
la mayoría de los pacientes con cáncer tienen pruebas de laboratorio 
de activación de la coagulación sistémica [7], por lo tanto, las 
alteraciones hemostáticas subclínicas se han asociado al cáncer 
y en pacientes caninos (Canis lupus familiaris) también parecen ser 
frecuentes y supone un peor pronóstico de la propia enfermedad 
neoplásica [1, 9]. Se sabe que el sistema hemostático actúa para 
mantener el delicado equilibrio entre el sangrado y la formación 
del coágulo, la formación inadecuada de trombos puede causar 
morbilidad y mortalidad signicativas [12].
El Dímero-D (DD) es un marcador de generación y posterior 
degradación de brina, su vida media es de 6-8 horas (h), constituye 
el producto nal de la degradación de un trombo rico en brina mediada 
por la acción secuencial de tres enzimas: trombina, factor XIII y plasmina 
[11] cuya principal aplicación en la práctica clínica habitual se enmarca 
en los algoritmos diagnósticos de la enfermedades y alteraciones 
del sistema hemostático como trombosis, tromboembolismo, y 
coagulación intravascular diseminada (CID) [9].
Las moléculas de DD son productos de la descomposición 
especícos asociados a la brinolisis siológica y patológica [16], 
por lo tanto, se considera una prueba de laboratorio útil y más sensible 
para la detección temprana y pronóstica del paciente oncológico con 
trastornos hemostáticos.
Reportes en humanos han informado que, existe una correlación 
entre la agresividad del tumor y el aumento de DD y sugieren su posible 
uso como marcador de pronóstico [17]. Por lo tanto, su elevación 
se asocia de forma única con enfermedades graves que incluyen 
principalmente tromboembolismo, sepsis y/o cáncer [15]. En otros 
estudios, se han observado niveles signicativamente elevados de DD 
en pacientes caninos con metástasis a distancia [1], considerándose 
estos antecedentes, el incluir al DD en exámenes de rutina realizar 
mediciones frecuentes en el paciente oncológico servirá de apoyo al 
clínico al manejo, control y prevención de complicaciones hemostáticas 
del paciente con cáncer. Los valores normales permitidos de DD es 
hasta 250 nanogramos·mililitros
-1
 (ng·mL
-1
), considerándose no alterado 
y mayor a este valor, alterado.
Otros elementos circulatorios lo constituyen las plaquetas, su 
función principal es activarse cuando pasan por un endotelio dañado 
y agregarse, para formar el tapón hemostático. Un desequilibrio en este 
sistema puede generar enfermedades o trastornos en la sangre que 
son clínicamente visibles, los conteos anormales han sido asociados 
a trastornos hemostáticos, valores inferiores a 150.000 microlitros 
(µL) (trombocitopenia), ya sea debido a su falta de producción, 
destrucción plaquetaria, secuestro plaquetario, infecciones o uso de 
ciertos antibióticos beta lactámicos que provocan conteos bajos de 
plaquetas y valores superiores a 500.000 µL (trombocitosis), debido a 
inamaciones crónicas, endocrinopatías o tumores [5]. La disfunción 
de los componentes del sistema hemostático puede llevar al desarrollo 
de sangrados excesivos o coagulopatías, siendo estos trastornos 
bastante frecuentes en perros, en oncología se sospecha que está 
involucrada con la liberación de factores tumorales y citocinas, y que 
dependen de las diferentes etapas o naturaleza del tumor [18].
Frente a estos hallazgos en la siopatología, se ha identicado 
el recuento de plaquetas como un fuerte predictor de la presencia 
del cáncer [10].
La histopatología y la citología se establecen como procedimientos 
diagnósticos complementarios que permiten conocer el tipo y grado 
del tumor, lo cual permite junto con la evaluación del paciente con 
cáncer, su estadicación [3], ello permite a su vez tomar decisiones en 
cuanto al tratamiento de elección y proporcionar un mejor pronóstico 
para el paciente [2].
Debido a estos reportes se planteó como objetivo de esta 
investigación determinar los niveles de DD; correlacionarlos con el 
conteo de plaquetas y analizar con el estudio histopatológico, los 
valores de DD con el tipo y grado de tumor en perros con cáncer.
MATERIALES Y METODOS
La población en estudio estuvo conformada por 40 perros 
domésticos, machos y hembras, adultos entre 3-7 AdE (20%) y en su 
mayoría geriátricos entre 8 – 16 AdE (80%) , los cuales eran pacientes 
oncológicos de dos hospitales Veterinarios de las ciudades de Quito 
(Neo canina) y Guayaquil (Dr. Pet) en el Ecuador, los mismos que fueron 
atendidos en un periodo de 7 meses, (octubre 2021 y abril 2022). En 
cada uno de los pacientes se registró su historia clínica , sé realizo la 
anamnesis, y se consideraron signos como pérdida de peso, presencia 
de masas, úlceras que no cicatrizan, dolor, cojera entre otros , 
posteriormente se les realizó un protocolo de exámenes de rutina 
que incluyó Hemograma, química sanguínea, uroanálisis, ecografía, 
radiografías en algunos casos test de giardia y 4Dx (hemoparásitos), 
pruebas que permitieron realizar el análisis clínico de los pacientes 
y ser pre-diagnosticados como oncológicos. Ningún paciente había 
recibido tratamientos oncológicos anteriores, como quimioterapia.
A cada paciente se le tomó una muestra de sangre en forma aséptica 
mediante venopunción yugular, se emplearon jeringas de 3 mililitros 
(mL) con agujas hipodérmicas 23 Gauss. La sangre recolectada se 
colocó en tubos para plasma citratado (trisodicodihidratado) que se 
usan para pruebas de coagulación sanguínea, en este caso para la 
medición de DD y tubos con EDTA (Ácido etilendiaminotertraacético). 
El EDTA es un anticoagulante para análisis de sangre, el cual quela el 
calcio y detiene el proceso de coagulación, es usado para recuentos 
celulares y morfología de células hemáticas para hemogramas [3]. 
Posterior a su recolección, los tubos se invirtieron cuidadosamente