Dolor agudo y ecacia de la escala de mueca felina en gatos / Paredes-Catota y col. ___________________________________________________
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INTRODUCCIÓN
El dolor agudo es descrito como una sensación o experiencia 
desagradable asociada a eventos traumáticos como puede ser un 
daño tisular o eventos naturales, el cual puede llegar a evolucionar a 
un dolor crónico que se presenta pasando 1 a 2 semanas (sem) o cada 
3 meses (mes), por ende, la evaluación del dolor en animales suele 
ser importante y a su vez complejo ya que se requiere interpretar el 
comportamiento, en este caso de los gatos (Felis catus), los cuales 
presentan diversas formas etológicas, la mayoría de ellas normales, 
lo que diculta su reconocimiento [8, 11].
La siología del dolor se interpreta a nivel del córtex y otras zonas 
cerebrales con un umbral diferente para cada especie, las respuestas 
táctiles frente a un estímulo doloroso han estado presentes desde 
su nacimiento y han evolucionado conforme va creciendo, en gatos a 
pesar de tener vías neuronales intactas que permiten la transmisión 
de la señal, los neonatos pueden ser incapaces de expresar dolor con 
tanta claridad en comparación a gatos adultos, esto se lo relaciona 
con un mecanismo de protección [1, 6], la nocicepción se realiza 
por dos grupos de estructuras nerviosas (aferentes y eferentes), 
las cuales tienen como objetivo transmitir las señales promedio de 
nociceptores desde una zona periférica hasta la corteza cerebral y 
así tener una respuesta de manera moduladora [10].
El dolor es un proceso dinámico que tiene como objetivo la protección 
del organismo frente a diversos eventos, sus niveles pueden variar 
dependiendo de los factores que se presenten, como puede ser la 
duración de los fármacos utilizados en esta especie, nivel de actividad 
física, procesos inamatorios, posición del paciente, entre otros.
En la especie felina, la interpretación del dolor varía [3, 9] 
dependiendo de su origen y su umbral [10, 15]. Se puede clasicar en 
tres tipos de dolor relacionados a procesos neuropáticos o sensoriales, 
como son: Procesos inamatorios, nociceptivos o patológicos, siendo 
el último el más extraño y el cual se debe evitar su desarrollo ya que 
es considerado una enfermedad debido a una alteración completa 
en la nocicepción produciendo efectos de alodinia o hiperestesia [3].
A nivel siológico, la producción del dolor por eventos traumáticos o 
patológicos, se encuentra involucrada, de manera profunda en funciones 
del organismo que pueden verse afectadas; en Medicina Humana se 
ha demostrado que esta alteración no permite tener una recuperación 
adecuada, ya que esta interacción interviene en los factores de 
coagulación, estrés, producción de tromboembolismo, hiperventilación, 
inmunosupresión, entre otros, esto a su vez aumenta la estancia en 
hospitalización o en la unidad de cuidados intensivos (UCI) [9].
Para tratar estos problemas es fundamental reconocer el dolor, el 
cual suele ser evidente ya que los gatos son muy expresivos frente a 
cuadros agudos, esto permitirá enfocar de mejor manera el manejo 
del dolor mediante protocolos analgésicos y a su vez, se disponen de 
escalas internacionales que facilitan este trabajo, permitiendo reducir 
la progresión del cuadro evitando que pase de agudo a crónico con el 
n de disminuir el riesgo de alteración a nivel de la nocicepción [3, 10].
En la actualidad existen múltiples escalas del dolor enfocadas a 
pacientes gatos, entre ellas tenemos la escala de Dolor agudo felino 
del Centro Médico Veterinario de la Universidad Estatal de Colorado, 
Escala de dolor de medida compuesta felina de Glasgow (EDMC) y 
Escala de mueca felina (EMF) [3, 6, 13], las cuales permiten evaluar las 
expresiones de dolor en los gatos, sin embargo, la ecacia de cada uno 
se ve comprometida por la estructura que las conforma y los puntos 
que se evalúan para otorgar una adecuada puntuación del dolor.
Algunas de estas escalas no disponían del apartado de expresión 
felina dirigida al reconocimiento del dolor, por lo cual fueron 
evolucionando con el n de mejorar la evaluación en esta especie; 
una de estas escalas es la Escala de dolor de medida compuesta felina 
de Glasgow (EDMC), la cual cuenta en la actualidad, con este tipo de 
puntuación, permitiendo reducir los errores en la clasicación del 
dolor en comparación a su antigua versión [7].
Por su parte la Escala Felina del Dolor agudo del Centro Médico 
Veterinario de la Universidad Estatal de Colorado, es una escala 
desarrollada por profesionales en el área de anestesia, sin embargo, no 
ha sido sometida a revisión ni aprobación, por lo cual su validez tiende 
a ser dudosa, pero a pesar de esto se ha implementado en la práctica 
clínica obteniendo buenos resultados en la parte de clasicación del 
dolor y en la facilidad de ser manejada por el personal de medicina 
interna o residentes de anestesia [7].
La EMF está enfocada al reconocimiento del dolor por medio de 
expresiones faciales; basada en estudios anteriores [4, 5], donde se 
observó una relación entre el posicionamiento de orejas y el hocico 
en gatos con dolor a comparación de aquellos sin dolor, esto permitió 
establecer cinco puntos esenciales para dicho reconocimiento, en el 
cual se menciona el posicionamiento de los bigotes, posicionamiento 
de su cabeza, endurecimiento de la órbita y aquellos mencionados 
al inicio del párrafo [4, 5, 13].
Esta escala ha resultado ser una de las mejores para la evaluación 
y clasicación del dolor en los gatos, su aplicación puede darse en 
situaciones de emergencia, en las cuales se requiere rescatar al 
paciente de un cuadro de dolor agudo, reduciendo sus niveles de 
estrés y estabilizando hasta un punto que permita continuar con las 
maniobras correspondientes, sin embargo, aún se sigue investigando 
la relación entre su evaluación y un punto de corte de analgésicos 
con base en los resultados [13, 14].
De las escalas de reconocimiento del dolor antes mencionadas, la 
EMF y Dolor agudo felino del Centro Médico Veterinario de la Universidad 
Estatal de Colorado, resultan ser las mejores y de fácil manejo para el 
clínico y los residentes, proporcionando la capacidad de responder 
de una forma adecuada ante situaciones de dolor en gatos, a pesar 
de sus benecios, la EMF, teóricamente resulta ser más ecaz para la 
evaluación del dolor ya que fue aprobada por entidades competentes 
y fue elaborada bajo la escala de evaluación de la salud [7, 13, 14].
MATERIALES Y MÉTODOS
La población utilizada en este estudio fue de 10 gatos, que fueron 
trasladados al Hospital Veterinario Medipet, ubicado al norte de la 
ciudad de Quito, provincia de Pichincha, república del Ecuador. Los 
pacientes llegaron a consulta presentando dolor agudo provocado 
por diversas causas, entre ellas pancreatitis, convulsiones, caída de 
altura, obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño, mordida por 
congénere, entre otras patologías las cuales presentaban diferentes 
niveles de dolor.
Se midió el dolor a cada uno de estos pacientes utilizando EMF 
[4, 5] (FIG. 1), aprobada por la Université de Montréal, Canadá. Este 
proceso se llevó a cabo antes de suministrar analgésicos y media 
hora después de suministrarlos, para evaluar el cambio a nivel de sus 
expresiones faciales y comprobar si el nivel de dolor ha disminuido 
con el tratamiento previo.