Morfometria y faneroptica de cobayos nativos / Rosales-Jaramillo y col.____________________________________________________
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INTRODUCCION
El Cobayo (Cavia porcellus) roedor histricomorfo de la familia 
Caviidae, es un mamífero originario de la zona andina sudamericana, 
especialmente de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Se le conoce 
también con los nombres de cuy, conejillo de Indias, cobayo, acure; 
es apreciado como alimento de alto valor nutricional que contribuye 
a la seguridad alimentaria de las familias rurales y urbanas aportando 
importantes nutrientes, lo que ha inuido para que haya ganado 
mercado y aceptación global [4, 6].
El origen del Cobayo yace desde la antigüedad, citándose 
restos arqueológicos de cobayos silvestres, encontrados en 
Colombia, Perú y Chile y que datan entre los 9.000 a 8.000 años 
antes de Cristo (AC), siendo de estos hallazgos los más antiguos, 
los encontrados en la Sabana Bogotana de Tequendama en 
Colombia. Según algunos investigadores, el Cobayo constituye 
el roedor que más tempranamente fue domesticado, entre los 
6.000 a 2.000 AC [8, 17, 18].
En América del Sur, la domesticación de animales se concentra 
básicamente en cuatro especies, siendo una de ellas el Cobayo, 
evidencia ésta, dada por la abundancia de restos encontrados 
de esta especie, presumiendo su domesticación en esta región 
alrededor de los 2.500 AC, aunque existen evidencias, que se 
haya consumido su carne mucho antes, a través de la cacería de 
animales silvestres [17].
Estudios recientes basados en secuencias de mitogenoma 
proponen la existencia de dos núcleos principales de domesticación, 
muy probablemente originados con especies diferentes: el primero 
ubicado en Colombia basado en el Cavia anolaimae, de no muy 
lejano reconocimiento y otro núcleo, éste de origen andino central 
concentrado en el sur de Perú y norte de Chile, basado en el Cavia 
tschudii [18]; sin embargo, con el descubrimiento en la región 
central de Ecuador de la especie Cavia patzelti, no sería extraño 
que haya existido un tercer núcleo o proceso de domesticación [9].
Su clasicación taxonómica corresponde a:
Reino: Animalia
Subreino: Bilateria
Infrareino: Deuterostomia
Tipo: Chordata
Subtipo: Vertebrata
Infratipo: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Eutheria
Orden: Rodentia
Suborden: Hystricomorpha
Infraorden: Hystricognathi
Familia: Caviidae
Subfamilia: Caviinae
Género: Cavia
Especie: Cavia porcellus
[15]
La población total real de Cobayos en Sudamérica, según censos 
agropecuarios entre 2013 y 2017 superan a los 100 millones (mill) 
de animales en Latinoamérica, distribuidos en Perú 65 mill [14], 
Ecuador 47 mill [13], Bolivia 3 mill [1] y Colombia 2,3 mill [10]; 
no obstante, la población en la actualidad se estiman serian 
de en Perú 17,38 mill, Ecuador 21,0 mill, Bolivia 0,647 mill y 
Colombia 1,234 mill de animales, de acuerdo a estimaciones de 
asociaciones no ociales [20].
Los países ven reejada su identidad cultural y tradiciones en 
la ora y fauna, por ello la variabilidad de los organismos en los 
ecosistemas, intraespecie o entre ellas, es un elemento importante 
para el desarrollo de la seguridad alimentaria y sostenibilidad de 
los pueblos. El menoscabo de esta variabilidad, acarrea la pérdida 
de dicha identidad, así como una parte del patrimonio de la 
humanidad y pone en riesgo la seguridad y autonomía alimentaria 
lo que obliga a propiciar el uso sostenible y la conservación de 
los recursos zoogenéticos para la agricultura y alimentación [21]. 
Un claro ejemplo lo constituye la crianza de los Cobayos por el 
hombre andino, destinándolo principalmente como medio de 
fuente de proteína, es decir para el consumo de su carne e incluso 
en algunas zonas su piel, es utilizada para hacer ropa, tal como 
se da en la sierra ecuatoriana [2, 6].
La conservación de los recursos zoogenéticos locales es una 
estrategia para garantizar la diversidad de los recursos buscando 
su uso sostenible para equilibrar las necesidades actuales y los 
objetivos de las generaciones futuras [7], además de propender 
a la preservación de los materiales biogenéticos de los animales 
domésticos que asegure su perpetuidad a lo largo del tiempo sin 
perder este valioso material [19].
A nivel mundial, los problemas reconocidos que enfrentan los 
recursos genéticos de animales criollos son los siguientes:
a) La disminución de la variabilidad genética dentro de razas o 
líneas de alta producción empleadas en sistemas intensivos de 
producción. b) La rápida desaparición de razas locales debido a 
la introducción de razas exóticas.
Frente a la problemática planteada, la Organización de las 
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) [12] 
plantea desarrollar programas de acción para el manejo sostenible 
de la genética animal, su preservación (in situ y ex situ) y la formación 
de bancos de datos de recursos genéticos locales [11], considerando 
un protocolo lógico de acciones que permitan la conservación de 
poblaciones en peligro de extinción. Esta propuesta considera 
cinco fases iniciándose por la descripción general de la población 
en estudio, en donde se incluye precisamente la descripción de 
las características raciales, productivas, reproductivas, ecológicas, 
entre otras.
Para tal propósito se recomienda iniciar con la caracterización 
animal, siendo ésta la determinación de los atributos estructurales o 
funcionales de un individuo o grupo de individuos que particulariza 
a las líneas/razas o especies [12, 24]. Para ello, la morfología se 
determina de dos formas: atendiendo a los caracteres morfológicos 
o fanerópticos que son de naturaleza cualitativa (capa, color de 
ojos, de orejas, entre otras.) o atendiendo a los de estructura, 
que son cuantitativos y por lo tanto, factibles de medir a través de 
mediciones corporales concretas que cuantican la conformación 
corporal [7, 24], información fundamental para procesos de 
selección y mejoramiento sostenibles en el propósito de formar