Boletín del Centro de Investigaciones Biológicas 
    Vol. 55. Nº 1, Enero- Junio 2021, Pp. 29-56     
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Enochrus,  las  especies  más  tolerantes  a  la  salinidad  también  tienen  una  alta 
resistencia a la desecación, encontrando que la mayoría de las especies de  agua 
dulce  son  también  muy  resistentes  a  la  desecación  y  algunas  son  capaces  de 
tolerar salinidades muy superiores a las de los medios dulces que comúnmente 
habitan (Pallarés et al. 2017), de esta manera, estos insectos han ocupado hábitats 
con distinto grado de salinidad, generándose una diversificación de las especies. 
 
    Las  características  biogeográficas  de  la  Península  de  Araya,  dificultan  el 
desplazamiento  de  estas  especies  a  otras  regiones  cercanas,  aun  cuando  estas 
presenten mecanismos que le permitan soportar la desecación y el estrés hídrico. 
En este sentido, se sugiere que los nuevos taxones descritos, son endémicos de la 
Península de Araya, lo que supondría la determinación de un área de endemismo, 
fundamentada  en  el  aislamiento  provocado  por  la  geología  del  terreno, 
considerando que la Península se encuentra rodeada por el mar Caribe (norte  y 
oeste) y el Golfo de Cariaco (sur), y con contacto vía terrestre (este) solo con la 
Península de Paria; sin embargo, el clima, la sequía prolongada y la ausencia de 
ambientes  acuáticos  de  agua  dulce  o  salobre  limitan  su  distribución, 
particularmente a la zona occidental.
 
 
    Polunin (1960) afirma que un área endémica es el área de una especie u otro 
taxón,  cuya  distribución,  se  limita  a  cierta  región  natural  o  hábitat  único  por 
causas históricas y/o ecológicas, representando un área de distribución reducida 
(Noguera-Urbano 2017;  Anderson 1994;  Peterson y  Watson  1998), tal y  como 
ocurre  con  las  especies  Haraia  cerromachensis,  H.  pallida,  Ochthebius 
(Ochthebius) riberai, Enochrus (Methydrus) belloi,
 
E. (M.) peninsularis, E. (M.) 
pusilli, Paracymus balkei, P. ramosae, P. mercedesae y Ercus  bitipus, especies 
descritas solo en “Cerro El Macho” y Ochthebius (Ochthebius) leonesae,
 
E. (M.) 
arayeris, E. (M.) longus, E. (M.) manglaris, P. acostae, P. marinus y P. solarys, 
especies  colectadas  solo  en  el  manglar  La  Reguera,  sin  que  se  conozca  su 
presencia en otras regiones de la Península.
 
    El endemismo toma un valor ecológico e histórico, si se considera que define 
zonas  geográficas  que  incluyen  taxones  integrados  espacio-temporalmente 
(Nelson y Platnick 1981; Stattersfield et al. 1998; Morrone 2009). La importancia 
del  endemismo  radica  en  los  atributos  biológicos  e  historia  evolutiva  que 
representan  los  taxones  endémicos  y  sus  patrones  biogeográficos  (Noguera-
Urbano 2017). En este sentido Cracraft (1985),  relaciona  al  endemismo  con el