
Editorial
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ANARTIA
Publicación del Museo de Biología de la Universidad del Zulia
ISSN 1315-642X (impresa) / ISSN 2665-0347 (digital)
https://doi.org/10.5281/zenodo.10439281 / Anartia, 36 (junio 2023): 5-6
Editoria l
Una amistad de 20 mil años
En este editorial queremos reseñar un simposio rea-
lizado en Caracas durante el mes de septiembre de 2023 
sobre la investigación en arqueología y paleontología en 
Venezuela, bajo los auspicios de la Universidad de Zúrich 
y con el apoyo del Instituto de Patrimonio Cultural, la 
Fundación Museos Nacionales, el Museo Paleontológico 
de Urumaco y el Instituto Venezolano de Investigaciones 
Cientícas, entre otros. El programa se inició con una pre-
sentación del Dr. Marcelo Sánchez-Villagra titulada “El 
perro doméstico en América del Sur precolombina: la di-
cotomía Andes-Amazonas y la importancia en Venezuela”. 
Fue interesante informarse sobre cómo los seres humanos 
y los descendientes del lobo (Canis lupus) logramos tem-
pranamente una cohabitación afectuosa en diversas socie-
dades de varias regiones de la Tierra. De hecho, el perro 
es la primera especie domesticada por el Homo sapiens, lo 
cual ha permitido maximizar las interacciones entre ambas 
especies (hombre–perro) en un complejo y muy particu-
lar proceso de domesticación. En otras palabras, un feliz 
matrimonio de acuerdo al principio de Ana Karenina, 
extendido a otros aspectos de la vida por el biólogo Jared 
Diamond en su renombrada obra Armas, gérmenes y acero 
y evocado por Sánchez-Villagra en su exposición. 
Luego de la domesticación inicial del perro, transcurri-
rían miles de años en los que se iniciarían  procesos de do-
mesticación de otras especies animales, tales como ovinos, 
caprinos, porcinos y bovinos (8–11 ka), camellos (10 ka) 
y gatos (6.5 ka). Este campo de estudio fue y es muy activo 
y ha generado ideas originales –y controversiales– sobre 
nuestra propia especie. La “autodomesticación” del Homo 
sapiens podría ser uno de los mecanismos para entender las 
transformaciones en la evolución biológica y cultural que 
llevaron al origen de la forma moderna de nuestra especie, 
hace unos 100 mil años.
Un tema de gran interés sobre la domesticación y que, 
en el caso del perro, rompe una amistad de 20 mil años, 
es el de la feralización, proceso mediante el cual pobla-
ciones de animales domésticos retornan a la vida silves-
tre, separada de la inuencia humana voluntaria. Hemos 
leído noticias sobre perros salvajes (también llamados en 
la literatura y coloquialmente, cimarrones, asilvestrados, 
alzados, callejeros o realengos), con un alarmante incre-
mento de sus poblaciones en muchos lugares del mundo 
y con graves consecuencias para la dinámica de hábitats 
urbanos, rurales y de áreas naturales protegidas. Esto tiene 
secuelas negativas tales como el hostigamiento, agresión 
y depredación sobre otras especies potencialmente pre-
sas, en especial nativas; además estas poblaciones caninas 
ferales se constituyen en reservorios y transmisores de 
zoonosis a otras especies, incluyendo humanos; asimismo, 
la agresión con accidentes humanos graves o fatales, que 
principalmente afectan a niños y a adultos mayores o con 
alguna condición de minusvalía. A modo de ejemplos, los 
perros ferales en la India podrían alcanzar los 6 millones 
de individuos, lo cual acarrea un número signicativo de 
agresiones y muertes sufridas por los seres humanos; Bu-
carest, la capital de Rumania, fue asediada por manadas 
de perros hace muy poco, con el saldo trágico de tres per-
sonas fallecidas, una de ellas menor de cuatro años. Para 
controlarlos, se aplicaron varias acciones, desde la con-
sulta popular, hasta esterilizaciones, eutanasia animal, o 
también medidas extremas a título personal, sin criterios 
veterinarios. En menos de un siglo, probablemente, la fe-
ralizaciónpodría haber provocado un salto atrás (o más 
bien a un lado) en el proceso evolutivo del perro, inducido 
o acelerado por su mejor amigo.
Uno de los primeros casos registrados en Venezuela so-
bre depredación de fauna silvestre por perros ferales fue 
observado en los llanos inundables del Orinoco (estado 
Apure, 1973), donde llegaron a ser los depredadores más 
importantes del chigüire, Hydrochoerus hydrochaeris. Si-
milarmente, algunos relatos de guardaparques del Parque 
Nacional “El Ávila”, hoy “Waraira Repano,” al norte de Ca-
racas, describen casos de depredación del venado matacán, 
Mazama americana, por perros ferales en esta área prote-
gida. A principios de la década de 1990, el Museo de His-
toria Natural La Salle (MHNLS), nanciado por el hoy 
desaparecido Consejo Nacional de Investigaciones Cientí-
cas y Tecnológicas (CONICIT), realizó un inventario de 
biodiversidad en dicho parque. En aquella oportunidad, se 
recolectaron muestras biológicas en el sector Lagunazo, a 
2.200 m sobre el nivel de mar. En la primera noche y luego