
Fernández Badillo & González
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1926 y 1932, en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús 
de La Salle de Valencia. En el mismo Colegio, desde 1933 
hasta 1935, estudia los tres primeros años de Educación 
Secundaria.
En 1936 la familia se muda a Caracas y el joven Alberto 
ingresa al Liceo Andrés Bello para terminar su bachillera-
to, obteniendo el título de “Bachiller en Filosofía y Letras” 
otorgado por la Universidad Central de Venezuela, como 
era lo establecido en esos años. Ahora en Caracas, su pa-
sión por las ciencias naturales lo acerca, al igual que a sus 
hermanos Agustín y Francisco, al círculo de cientícos de 
la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales (SVCN), 
la cual había sido fundada el 29 de octubre de 1929 por 
investigadores tales como Henri Pittier, Eduardo Röhl, Al-
fredo Jahn, William H. Phelps, William “Billy” H. Phelps 
Jr., Ricardo Zuloaga, Luis Razetti, Francisco Tamayo, Enri-
que Tejera, Federico Milá de la Roca, Francisco Izquierdo, 
entre otros. Estimulados por estas reuniones, los tres her-
manos Fernández Yépez escogerían su camino al estudio 
de las ciencias naturales: Agustín se apasionó por los peces, 
Alberto por las aves y mamíferos, mientras Francisco esco-
gió el estudio de los insectos, aunque versado en plantas, 
especialmente orquídeas.
En 1937 varios eventos marcarían el futuro de los tres 
hermanos. Por una parte el conocimiento de las aventuras 
y la recolección de animales con nes cientícos que reali-
zó la expedición al Auyantepui, nanciada por William H. 
Phelps y en la cual participaron investigadores del Ameri-
can Museum of Natural History, por otra, la creación de 
la Estación Experimental y la Escuela Superior de Agricul-
tura y Zootecnia, con cuyos primeros profesores de zoo-
logía hicieron amistad los tres hermanos desde 1938, aun 
no siendo estudiantes de la misma. Alberto, además de co-
menzar a trabajar en la empresa “El Automóvil Universal” 
propiedad de William H. Phelps “El viejo”, conoce al Dr. 
Ventura Barnés, Jr., zoólogo puertorriqueño que además de 
profesor de zoología de la Escuela Superior, trabajaba en la 
colección ornitológica que Phelps estableció en 1938. Por 
su parte Francisco encontró en el profesor de entomología 
estadounidense Charles H. Ballou, un amigo y la persona 
ideal para profundizar sus conocimientos e interés por los 
insectos.
En 1938, Alberto ingresa a la Escuela de Medicina de la 
Universidad Central de Venezuela. Con frecuencia viajan a 
Maracay para visitar el Zoológico, único de Venezuela para 
aquella época, las montañas boscosas de Rancho Grande, 
decretado Parque Nacional en 1937 y la playa de Ocumare 
de La Costa. La pasión de Alberto por las aves era tal, que 
aprende las técnicas de taxidermia y preparación de ejem-
plares para estudio, con el apoyo de Barnés, Jr. Ese mismo 
año abandona sus estudios de medicina, para integrarse 
como miembro del equipo de Phelps, quién se disponía a 
elaborar un inventario de aves del territorio nacional.
En octubre de 1938, Alberto Fernández Yépez acompa-
ña a Barnés, Jr. y su esposa Carmiña de Barnés, formando 
parte de la primera expedición ornitológica organizada 
exclusivamente por Phelps. Siendo Alberto el primer vene-
zolano contratado como recolector de aves por Phelps. En 
este viaje al estado Falcón son reconocidos como el primer 
grupo en ascender el cerro Santa Ana con nes cientícos. 
El 22 de julio de 1939 sale de La Guaira en unión de Fulvio 
Benedetti, recientemente contratado por Phelps, rumbo a 
la Isla de Margarita con el objeto de hacer una colección re-
presentativa de las aves de esa isla. Sus observaciones gene-
ran la publicación de “Las Aves de Margarita” con anota-
ciones sistemáticas de William H. Phelps, alcanzando 119 
especies del Cerro El Copey, Porlamar, Hacienda Ochen-
ta, El Morro de El Palmar, Juan Griego, Los Bagres, Hato 
Orinoco, San Antonio, Los Robles, Hacienda Chuaima, 
Paraguachí, El Valle del Espíritu Santo, San Juan, Pedro 
González, Laguna de La Restinga, Laguna de las Maritas, 
Boca de Río, entre otros lugares, adicionando 11 especies 
no observadas antes y reconociendo los nombres comunes 
utilizados por los habitantes de la isla (ver Phelps 1944).
En estas labores como recolector cientíco se une al 
círculo cientíco de Caracas y comparte interesantes ter-
tulias con muchos profesionales naturalistas. En una de 
estas reuniones conoce al famoso zoólogo norteamericano 
George G. Simpson, lo lleva a Maracay y visitan al cercano 
Parque Nacional de Rancho Grande, enseñándole las ma-
ravillas naturales del lugar. Juntos visitarían también otras 
regiones del país.
En planicadas expediciones recorre casi todo el terri-
torio nacional para estudiar y recolectar aves, utilizando 
frecuentemente un camión especialmente adquirido en 
Estados Unidos y acondicionado a solicitud de Phelps, 
pero también sobre mulas o a pie, permitiéndoles llegar a 
lugares recónditos, alejados de centros poblados y de los 
polvorientos caminos de la época. Sus compañeros de ex-
pedición más frecuentes eran Barnes Jr. y su esposa Carmi-
ña, Fulvio Benedetti y Ramón Urbano. Ocasionalmente 
los acompañaba en los campamentos, por algunos días, el 
propio Phelps y su hijo Billy.
En enero de 1940 visita la región de Perijá y basado en 
esta experiencia escribe “Algunas observaciones sobre la 
tribu de indios de Río Negro, Sierra de Perijá, Estado Zu-
lia” que lo inducen a estudiar estas etnias y años después, 
en 1944, presenta sus conocimientos en una amena charla 
en la reunión ordinaria de la Sociedad Interamericana de 
Antropología y Geografía, de la cual fue miembro funda-
dor. Los resultados de dichas experiencias e investigación 
serían publicados como “Anotaciones sobre los indios rio-